En los últimos cinco años, la venta de lápidas ha registrado una disminución del 20% en el mercado funerario de Querétaro.
Sin embargo, los talleres que trabajan con mármol y otros materiales utilizados en la fabricación de estos productos no han sufrido pérdidas significativas. Este cambio se debe a la creciente demanda de urnas funerarias.
Daniel, quien es dueño de un taller de mármol en La Cañada, comentó que aunque las ventas de lápidas han bajado, el negocio sigue siendo rentable.
"A pesar de que la venta de lápidas ha bajado un 20%, el negocio no ha dejado de ser rentable. La gente está buscando más urnas porque hay una creciente preferencia por la cremación. Esto se debe a que en algunos casos no hay espacio suficiente en los panteones", explicó.
Daniel señaló que sus precios varían dependiendo del diseño y la complejidad, con trabajos que oscilan entre 1,600 pesos y 35,000 pesos. "Hemos realizado muchas lápidas que se encuentran en los panteones de La Cañada y de Atongo, entre otros lugares en El Marqués".
El tiempo de fabricación de una lápida suele tardar entre una semana y una semana y media. "El cliente puede elegir el diseño que desee, lo cual nos permite adaptarnos a sus necesidades y preferencias", añadió. Este enfoque en la personalización del producto es fundamental para mantener la relevancia en el mercado.
Juan, propietario de otro negocio similar en La Cañada, también expresó que su taller ha mantenido estabilidad a pesar de la disminución en la venta de lápidas.
"Aunque hemos visto una reducción en este tipo de producto, la demanda de urnas ha crecido. La gente está buscando opciones más prácticas y económicas, y las urnas son parte de eso", comentó.
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En su taller, el proceso de producción de una lápida también toma alrededor de una semana a semana y media, y se adaptan a las preferencias de los clientes. "Dependiendo del diseño, podemos entregar en ese tiempo. Los clientes vienen con ideas específicas y trabajamos en conjunto para realizar lo que tienen en mente", explicó Juan.
Además de las lápidas realizan floreros, libros de mármol, estatuas y figuras, bancos, placas conmemorativas o elementos decorativos. Estos productos no solo complementan las lápidas, sino que también pueden elevar significativamente el costo del trabajo final.