Sin un puente peatonal cercano, trabajadores de una plaza comercial ubicada en la carretera a Celaya cuota cruzan por debajo de la autopista para llegar a su lugar de trabajo, con el riesgo que ello implica, pese a ser, al mismo tiempo el cruce más seguro.
A diario, decenas de personas cruzan por dicho túnel ante el temor de perder la vida o salir lesionado de algún atropellamiento al cruzar por una vía rápida; por ello, la solución más rápida es dicho espacio, que luce oscuro, y que, cuando llueve, se inunda.
“Allá no me ofrecen transporte y diario tengo que bajar a la vuelta, por la caseta, venirme caminando y cruzar por aquí. Cuando llueve se inunda, no puede uno cruzar y tiene que arriesgarse”, mencionó Eloína Durán.
El cruce implica que los trabajadores desciendan del transporte público en plena carretera y tomen un camino de terracería bastante angosto, hasta llegar al túnel donde el temor es permanente, ser víctima de asalto, abuso sexual, incluso violación.
Algunos otros, bajan ya sea del taxi o de vehículo particular en plena carretera para emprender la aventura de cruzar a pie sobre o debajo de la carretera, ante lo que es evidente: falta de infraestructura peatonal que evite que su vida corra peligro.
“Lo uso a veces porque si no tiene que irse a dar toda la vuelta hasta allá, porque no hay un retorno, entonces hay que darse la vuelta y volver a regresar. Apenas lo empecé a usar porque veía caminar a la gente; lo uso solo en las mañanas, la verdad me da miedo porque está muy solito”, comentó Ivonne.
“A nosotras como mujeres, cuando vengo sola, me quito los audífonos y vengo volteando para atrás y paso muy rápido, porque sí da miedo. Casi siempre ocupamos lateral izquierda y el derecho casi nadie, entonces no sabes si del otro lado puede hacer alguien. Sí da un poco de miedo, pero tenemos que llegar a trabajar”, señaló Madeline.
De lo contrario, la opción que le queda a muchas personas es bajar del camión en una plaza cercana a la facultad de medicina de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y esperar a que pase otro, que es tardado, y les deje afuera de la plaza comercial en la que trabajan.
“Nosotros no tenemos prestación de transporte, entonces tenemos que cruzar por ahí”, dijo Ana María.
En ocasiones, ni taxis públicos ni privados prestan el servicio; la situación resulta complicada para todos los trabajadores, que carecen de apoyo de transporte, principalmente de Castillo, Viñedos o Sonterra, quienes no tienen otra opción más que cruzar por dicha infraestructura donde, incluso, han visto roedores y serpientes.