La marihuana ha sido una manera de salir de otras adicciones como la "piedra", en la que estaba sumido hace tres años, y de relacionarse con el tema de la agricultura y su cuidado, señaló Roberto Fuentes, quien tiene cerca de seis meses produciendo su autocultivo al norte de la ciudad de Querétaro.
“La ocupo porque soy exadicto a la ‘piedra’ y la ansiedad es muy complicada. Me aventé un año en el anexo y salí del anexo hace tres años y medio. Fue un rato. Empecé a vender todo lo que tenía, me quedé sin nada. Tienes que iniciar desde cero. Con la piedra no te queda nada”, señaló.
Roberto ha normalizado este consumo, al grado de que lo hace de manera pública, sea con su familia o en la calle. Lo único que lo limita es que es comerciante y tiene un negocio de comida, así como lo que pueda acarrear en términos legales al encontrarse con algún policía.
“Por cuestión laboral es difícil tratarlo, intento no hacerlo. Pero en lo social no es como antes cuando había mucha recriminación. Es que a mí realmente no me importa mucho lo que piense la gente; a veces soy muy descarado. Es parte de nosotros. No tengo problemas, mi familia lo sabe”, sostuvo.
Señaló que como consumidor de otras sustancias la marihuana no representa un peligro real para las personas, principalmente siendo padre de familia, que dice, no oculta a sus hijos su consumo, aunque intenta explicar y tomar decisiones adecuadas para su formación.
“Nosotros no lo vemos como un tabú. Me fumo mi gallo, están mis hijos, saben qué es. Pero no es que esté de loco. Solo fumo y no hay problema. Realmente no me afecta a modo personal. No lo tomo desde el punto de vista social de la recriminación al consumirlo. Vengo de otras sustancias realmente fuertes y para mí la marihuana es light”, dijo.
Incluso mencionó que tiene un hermano adicto al cristal desde hace 20 años, por lo que su vínculo con la marihuana y la percepción familiar que se tiene sobre esta es menor: “Para nosotros esto es lo de menos. La gente es la que se espanta”.
DE SUSTANCIAS AL CULTIVO
Pasar de las sustancias químicas al cultivo, además de una ayuda para evitar malestares provenientes de la adicción, ha sido vital para entender otras formas de relacionarse con la tierra. Ahora planea hacer un pequeño huerto para cosechar tomate, pepino, lechuga, pues “una cosa te lleva a otra”.
“Cuentan que la mota es una droga puente que te lleva a la piedra, al cristal y a otras drogas peligrosas, pero la parte que nadie te dice sobre sembrar es que con la conexión que tienes con la tierra, que te invita a pensar en otro tipo de cultivos, en alimentos y cosas así. Todo lo relacionado con el cultivo es bueno, pero nadie te lo dice”, afirmó.
A largo plazo pretende utilizar su espacio para esta producción y así ser autosuficiente no solo en su consumo de cannabis sino también para su negocio de alimentos, con el cual pretende obtener todo de esta manera y “ahorrarse unos pesos”.