La alta demanda de lugares en la Terminal de Autobuses de Querétaro (TAQ) obligó a los viajeros a adquirir sus boletos al menos, con un día de anticipación, y entre quienes no previeron, debieron esperar horas para abordar.
A DIARIO DE QUERÉTARO viajantes informaron que, al viajar regularmente en las fiestas decembrinas, sabían que para el 25 de diciembre debían prever, de ahí que hubo quien optó por apartar su lugar hasta cuatro días antes, mientras que otros, simplemente llegaron a las ventanillas, con la esperanza de tener suerte.
Originaria de Querétaro, María Inés aprovechó los días de asueto para visitar a su familia, y si bien, disfrutó su estancia, lo difícil fue tratar de regresar a la Ciudad de México
“Ahorita está fácil (el arribo), lo que pasa es que no hay transporte para ir para México de vuelta, eso es lo que pasa… (Me dicen que los boletos) ya están apartados, que quien sabe qué y sí, está un poco duro… Hasta las cuatro (me dicen que habrá lugar), pues vamos a estar un rato aquí”.
Todd, también previó la compra de su boleto, quien no contaba con que los autobuses en la zona serrana tuvieran desfase en sus horarios, de ahí que perdió su muy programado boleto a Puebla.
“No llegué a tiempo para mi salida… Salí desde las cinco del mañana desde El Toro, Atarjea, está en la Sierra Gorda. Un amigo me llevó a El Carricillo tomar el camión, pero nunca llegó… Para las 12:20 compré mi boleto para Puebla, y luego de Puebla voy a Oaxaca”.
Explica que el boleto más próximo lo encontró para las tres de la tarde, de ahí que con resignación, espera en los andenes, acompañado de un buen libro.
“Estoy viajando el 25 para evitar viajar el 24, que pensaba que era el (día), más difícil… tal vez no (vuelva a comprar con anticipación), porque lo hice y pues tuve que comprar otro boleto, porque no llegué a tiempo”, dice mientras regresa a su lectura.
A una “central llenísima” dijo Juan que se tuvo que enfrentar, pues a él le dijeron que tendría que esperar hasta después de las cuatro o cinco para lograr un lugar en el autobús, pese a que él llegó antes de las dos.
“Me voy, voy de vacaciones hacía Puebla”, narra, al tiempo que explica que lo importante, ante las festividades, es no perder el ánimo.
En este sentido, Araceli explicó que también aprovechó para apartar su lugar en el autobús, pues sabía que los lugares serían muy solicitados al momento de regresar a su hogar en Ciudad de México.
Fausto, dijo que quería aprovechar para regresa a su casa, en Tampico, pero luego de que le dijeron que tendría que esperar horas, es que analiza si se queda, o continúa mejor con sus actividades, pues algo que no puede postergar es cumplir con su trabajo.
Noel, sabía que la central estaría a reventar tanto para llegar a Querétaro como para regresar a la Ciudad de México, donde estudia. Para garantizar un lugar en el autobús compró su boleto de regreso con dos días de anticipación.
“Acabo de llegar y la veo tranquila”, afirma Larisa, quien explicó que su viaje fue muy relajado gracias a que adquirió sus boletos cuatro días antes de realizarlo, de tal forma que su arribo a Querétaro fue de lo más armónico.
Indica que no tiene tanta preocupación por su viaje de regreso a Celaya, pues sabía que lo difícil sería tratar de viajar durante la Navidad.
Isabel, se ve obligada a viajar regularmente por su trabajo, de ahí que preveía un fuerte movimiento de paseantes el lunes, por lo que le resultó una sorpresa ver la tranquilidad que se encontró la sala en su viaje a Puebla.
“Hay más de gente que lo acostumbrado, pero hasta eso, está fluyendo, todavía, a esta hora, es bastante cómodo (viajar), es esperar un poco, pero no es mucho”.
A la Ciudad de México regresa Eder, quien cierra el sondeo explicando que su viaje lo tuvo que realizar comprando sus boletos con anticipación y pese a ello, su arribo a Querétaro fue pesado, pues en la Central del Norte, ticket en mano, tuvo que esperar una hora, por tanta afluencia. Tras ese difícil comienzo, tuvo oportunidad de pasar las fiestas con su familia, y regresar a su hogar, esperanzado en que el regreso sería más tranquilo.
“Es que trabajo mañana, nada más aproveché el puente… De ida tuve un retraso de una hora, ya había comprado el boleto. Ahorita, de regreso, tengo el boleto ya comprado, espero que no se me haga mucho relajo”, dice mientras sonríe y esperanzado, se dirige a su andén, al igual que los muchos viajantes que aprovecharon Navidad para llegar a su destino.