El antiguo Hospital General de Querétaro se encuentra abandonado en espera de su inevitable demolición, sin que hasta el momento se determine de manera formal cuál va a ser su destino, previo estudio de los especialistas.

Por ahora, sus puertas permanecen cerradas con cadena y candado, mientras que su interior luce con diversas figuras de grafiti, sobre todo en la parte frontal. Además, se puede apreciar basura y varios cables sueltos que denotan su total desconexión de los servicios.

Martina Pérez Rendón secretaria de Salud en el estado, afirmó que su demolición es inevitable, por lo que habrán de esperar un estudio de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SDUOP) que determine las condiciones precisas en que se encuentra el inmueble.

“Aquí el gran problema es que se tiene que demoler; toda la torre central, que es la parte antigua que tiene más de 60 años se tiene que demoler, no hay vuelta de hoja. La Secretaría de Obras Públicas ya hizo un estudio. Y se pudiera invertir algo, pero la vida que se espera con esa inversión es muy corta; entonces, no valdría la pena hacer alguna inversión”, explicó.

Así se ve después de que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desechó tomar las instalaciones por las malas condiciones en que se encuentran a más de 60 años de haber sido construido. En tanto que la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ofreció un proyecto de hospital universitario, pero con el cambio en Rectoría el plan permanece en el aire.

El grafiti que ha sido plasmado en el antiguo Hospital General cubre prácticamente la parte frontal; incluso, el segundo nivel. No es nada comparado con lo que era antes. La cadena que abraza los barrotes de lo que fue la puerta principal está oxidada.

“Lo único que puedo decir es que no hay una definición. Sobre todo, el tema es presupuestal. Como lo dije anteriormente, tenemos una propuesta, pero no ha sido palomeada. Estamos en espera de que sea revisada, que se evalúe y ver la posibilidad de que se puede ejecutar”, expresó.

La funcionaria puntualizó que no hay una propuesta para fijarle un uso adecuado, debido a que tiene que ser demolido. En cuanto al acercamiento que hubo de parte de la UAQ, refirió que igual no se ofreció un planteamiento concreto.

Añadió que aún se tiene el préstamo, ya que hay un equipo en el interior. Precisó que no es en comodato como cuando funcionaba como hospital, que entraba y salía gente todo el día, además del movimiento de las ambulancias y del personal. Por ahora, dijo que se incrementará la vigilancia con la intención de evitar que aumente el vandalismo.

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Sobre a quién corresponde la demolición, Martina Pérez Rendón argumentó que eso depende la finalidad que exista en su interés; es decir, si se entrega en comodato a una institución será ésta quien se hará cargo, o en su caso, la Secretaría de Salud o el Gobierno del estado.

Aclaró que por ahora no puede dar una fecha de cuándo podrá darse esto mientras no se defina qué va a pasar, debido a que se puede dar una fecha tentativa, que por alguna razón no pudiera ser cumplida.