La violencia contra mascotas caninas se incrementó 60% durante la pandemia por Covid-19, reveló el encargado del área de cirugía del Hospital Veterinario de Pequeñas Especies de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Manuel Alejandro Trejo Mandujano.
El encargado resaltó que parte de las cosas malas que ha dejado la contingencia sanitaria es el descuido en el trato de las mascotas, pues comentó que parte de los accidentes en donde las mascotas llegan a clínicas u hospitales con huesos rotos o lesiones leves, es porque los niños son “bruscos” con los animalitos.
“Es muy común. Ahora que los niños pasan más tiempo en casa, nos hemos dado cuenta que con las razas pequeñas son con las que se tienen más incidentes con los infantes porque son algo bruscos con sus mascotas. Entonces hubo incremento en las consultas por traumatismos generados por los niños”.
Ejemplificó el encargo que podría ser que un cachorro en brazos de los niños, pueden resbalar, se caen con ellos o no tienen cuidado al bajarlos y puedan presentar desde lesiones menores hasta ruptura de huesos.
GATOS ESTRESADOS
Respecto a las mascotas felinas, Trejo Mandujano compartió que en este tipo de animales la cuestión del estrés es donde más se nota, normalmente lo manifiestan a través de infecciones en vías urinarias, por lo que también se notó un incremento en las citas para atender este problema.
“De una que atendíamos al mes antes de la pandemia por este problema, incrementamos hasta en cuatro gatos al mes por cuestiones de infección en vías urinarias, es decir, los felinos no pueden orinar”.
MASCOTAS CON ANSIEDAD Y AGRESIVAS
Mientras que la coordinadora del Hospital Veterinario de Pequeñas Especies de la UAQ, Martha Noria Sánchez compartió que el entorno de las mascotas cambió con el hecho de que ahora los propietarios permanecen más tiempo en casa, pues estos desean jugar o buscan corregirlos.
“Que los propietarios pongan toda la atención en ellos, eso también los estresa y también el estrés se manifiesta en estados de ansiedad o de agresividad, que estas ya se consideran conductas anómalas; es decir conductas fuera de lo normal, entonces la mascota deja de comer, come en exceso, están irritables o se esconden, por ejemplo”.
En ese sentido, Martha Noria agregó que a través de la etología que es el estudio científico del comportamiento de los animales, se conoce que hay rasgos característicos de conducta que son normales, por ejemplo, en el caso de los perros se sabe que son territoriales, pero cuando ya están invadidos y no hay un espacio en donde ellos se sienten confortables este compartiendo sufre alteraciones.
De manera que las recomendaciones a la población en general de los profesionales respecto al tema, es que en medida de lo posible dar su espacio y tiempo a la mascota, de estar simplemente solos, no en el sentido de echarlos a la calle, sino su espacio para que se sientan confortables.
“Propietarios podrían ampliar los paseos, que servirían como hacer ejercicio tanto para las mascotas como dueños, con las debidas precauciones por la contingencia, pero si un paseo para que también liberen energía y estrés acumulado se disipen”.
Asimismo, dijo que ante la contingencia sanitaria evitar lavar las patas de las mascotas con cloro, gel antibacterial o productos que son de uso humano, pues estos dañan la piel de los animales.
“Hay unas toallitas específicas para las mascotas o bien pueden lavar perfectamente bien solo con agua”.
NOS GUSTAN LOS ANIMALES Y SON UNA COMPAÑÍA
Recientemente los padres de Josué de 10 años, permitieron la adquisición de Noki, un cachorro pitbull de un mes que llegó a alegrar los días de pandemia del estudiante en línea de quinto de primaria, a quién la contingencia por el Covid-19 se le ha hecho muy difícil.
El pequeño Josué comparte responsabilidades de la mascota con sus dos hermanos, uno de 13 y otro de 17 años de edad, pues ya tienen bien definidas las tareas, pero su madre reconoce que el que más se ha encariñado con la mascota es el niño de 10 años.
“Pues esto de estar en casa como que sí se me ha hecho un poco difícil, eso de las tareas, me presionaba mucho para poder salir a jugar, pero pues ahorita no se puede salir a la calle, entonces pues como nos gustan los animales, sobre todo los perros, pedimos a nuestros papás permiso para tener uno y pues nos dijeron que sí”, compartió Josué.
De igual manera, la madre de Josué compartió que desde un principio hablaron con los tres hermanos y les hicieron saber la responsabilidad que tendrían por igual para cuidar de la mascota y ellos estuvieron de acuerdo.
“Antes de tenerlo aquí en casa, les dijimos que tener un perro es una responsabilidad de darle de comer, tener las croquetas, que ahorita por lo chiquito pues es leche, sacarlo a pasear, limpiar cuando haga del baño, llevarlo al veterinario si es necesario, entonces nosotros todo eso les dijimos y que bajo esa condición lo podríamos tener en casa”.
Finalmente, Josué comentó que el tener una mascota le puede dejar de aprendizaje el hacerse más responsable, incluso de cuidar a más animales, estar pendiente de que crezca sano y como algo positivo para su vida está el de tener una compañía.
“Estoy consciente de que mi tarea siempre es cuidarlo, que crezca sano, llevarlo al veterinario cuando esté enfermo, darle de comer y algo positivo pues la compañía y que si alguien se mete a robar a mi casa pues el perro nos cuida a nosotros como a la casa”.