Hace 25 años Blanca García decidió dedicarse a elaborar ropade Niño Dios, lo que de a poco la llevó a hacerse de clientes quele pedían más productos diversos e incluso la llevaron a lacreación de disfraces.
Sus primeras ventas las logró en el tianguis de La Presidentes,lugar en el que era la única que contaba con un negocio similar,pero la competencia se ha incrementado y la última vez que acudióa un tianguis le tocó ser la última de un largo pasillo depuestos dedicados a vender ropita para el 2 de febrero, día en quese lleva a los niños a la iglesia para bendecirlos.
Son figuras que tienen lugar especial dentro de los hogares quelos albergan, de ahí que son muchas las sorpresas a las que se haenfrentado en su oficio, la primera, al tener que vestir a niñoscon las manitas pegadas, con atuendos que sus dueños pudierandespués retirar y lavar, otra; cuando le llevaron un Niño Dioscargando un mundo de oro, además de que sus huaraches y coronaeran del mismo material, lo que le causó preocupación, puesllegó la hora de cierre y sus dueños no regresaban por él.
“Bendito sea Dios que la gente siempre ha tenido muchaconfianza en dejarme sus cosas y pues confiar en lo que yo hagotambién... estábamos con el miedo de que eran las tres de latarde y no pasaban por el niño y me lo dejaron desde las diez dela mañana.... ya hasta casi las cuatro, que íbamos a recoger, yapasaron por el Niño”.
Elaborar ropa de Niño Dios es especial, por lo que a ello sededica desde diciembre, para estar lista para la temporada, conprecios muy variados, pues tiene atuendos completos de 40 pesos hasta otros llegan a costar 450 pesos, con material fino para unNiño de 60 centímetros, con: capa, fondo, calzón, gorro,vestido, calzón y calsetas”.
“Cuando empecé, como todo era muy carrereado, empezaba el 25de diciembre a trabajar; era día y noche; mañana y tarde,trabajar para el Niño Dios, pero pues ahorita ya tenemos ciertacantidad de ropones de niño, de santitos, poquito de todoentonces, ya nada más vamos metiendo faltantes por ejemplo, si elaño pasado se vendió mucho ropón blanco, este año hay que hacermás”.
Desde hace 15 años ya ofrece todo tipo de ropa, que ofertadesde diciembre y hasta que se termina la demanda por el Día de laCandelaria, con medidas para cubrir a niñitos desde cincocentímetros hasta los de 60, que son ya de tamaño natural.
Cada negocio crea su propia ropa, indica, al recordar que fue suhija Dulce Itzel quien al ver que su mamá hacía ropita de NiñoDios le pidió hacerle la suya, para disfrazarse en eventosescolares y después corrió la voz entres sus compañeros que sumamá se dedicaba a ello, haciéndose de apoco de clientela, la queincluso le fue pidiendo que le entregara ropa en préstamo.
“Para cuerpo (de un difunto), sí me han pedido algo muyespecial, porque también hacemos vestimentas. (Me pidieron) untraje de la Virgen del Carmen bordado... me dicen “lo tenemosembalsamado, la podemos esperar”, yo me moví a hacerlo y lomandé a bordar... sí salió caro, pero en tres días estuvo eltraje... saldría como en unos cinco mil 500, yo creo, más quenada el bordado”.
Antes de regresar a su labor, dice confiar que el periodo deventas bueno será una semana antes del dos de febrero, aunque noestá garantizado, pues cada vez crece la oferta y no tanto lademanda.