Vivir la Palabra de Dios es el llamado que a la grey hizo el sacerdote Rafael Gavidia Arteaga al encabezar la homilía en la Santa Iglesia Catedral.
“Tenemos que abrir el corazón para escuchar a Dios y poder transformar nuestras vidas”, declaró al recordar el pasaje bíblico que fue la base para la misa dominical en todas las iglesias de la Diócesis de Querétaro.
Con base en ese mismo llamado, el obispo Faustino Armendáriz Jiménez, a través de la página de la Diócesis, urgió a la grey a nunca endurecer el corazón, pase lo que pase, esto al recordar el pasaje bíblico en el que se narra la curación de un sordo tartamudo, quien fue acercado a Jesús.
“Es interesante ver la reacción de “ellos” cuando Jesús sana al hombre, “ellos” dan testimonio de quién es Jesús, elogiándolo como el que “hace todo bien”… Este pasaje está lleno de simbolismo, el hombre enfermo hace referencia a una sociedad que se resiste a escuchar y proclamar el mensaje evangélico propuesto por Jesús. Todos hemos escuchado la frase popular “solo escuchas lo que te conviene”, es decir, solo se presta atención a que tiene cierto valor para la persona”.
Expresó que quien busque una oportunidad de reiniciar su vida, siempre la encontrará cuando encamina sus pasos hacia El Señor.
“Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, Él ha hecho nuevas todas las cosas con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría”.
En este sentido, exhortó a la grey a nunca cerrar sus oídos a la voz de Jesús, sin importar las circunstancias a las que pueda enfrentarse.
“No huyamos de la persona de Jesús, no cerremos nuestros oídos a su voz nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante! Porque, como dice el salmo de este día: Él abre los ojos de los ciegos y alivia al agobiado”.
Enfatizó que es solo cuando Dios entra en la vida de las personas que esta se ilumina, pues el modo de percibir la realidad cambia completamente.
“Cuando Dios entra en nuestras vidas se iluminan las miradas y los oídos se deleitan, porque el modo de percibir la realidad cambia completamente. Cuando Dios entra en la vida del hombre se realiza el milagro de una nueva creación”.