Melissa García y Ricardo Campos son dos de los integrantes del Centro de Acopio Jurica, un espacio con más de 30 años de vida. En esta nueva administración pretenden ampliar sus posibilidades para los temas de educación ambiental y convertirlo en una comunidad entre la población.
“Queremos que este espacio sea un pulmón de Querétaro”, comenta Melissa García, quien se ha implicado en el proyecto y trabaja en el acomodo y rescate del lugar, así como diferentes apuestas en conjunto con otros organismos que se han sumado al cuidado del medio ambiente.
El Centro de Acopio Jurica fue creado en 1989 y ahora prosigue con una propuesta mucho más amplia, en el que trabajan continuamente cerca de 15 personas entre representantes de agrupaciones y voluntariado. Además, se pretende que permita la vinculación con la ciudadanía para la realización de talleres, ecoturismo y el propio reciclado.
“Tienes un centro de acopio de reciclado y tienes un espacio perfectamente disponible para crear proyectos de educación ambiental, huertos orgánicos, lugares de composta, lugares en donde la gente pueda venir a un día de campo”, comenta Ricardo Campos, quien espera que este tipo de proyectos se puedan replicar en la ciudad.
Al respecto, Melissa García refiere: “queremos integrar puestas en escena, actividades. Lo que queremos es que haya gente, que puedan venir a reforestar, que lo hagan parte de su vida”, puesto que la idea es que el espacio sea de todos y para todos.
Un nuevo proyecto
El proyecto actual concentra a tres organismos que han ligado esfuerzos para el desarrollo del proyecto, quienes han aportado desde su enfoque organizacional las herramientas para gestionar la propuesta, estas son Punto Orgánico, un colectivo de emprendedores en apoyo al comercio local; Ayotzintli A.C., una Organización No Gubernamental (ONG) que trabaja con proyectos de conservación de tortugas, y Raíces y semillas, quienes conforman el centro de acopio.
Cuenta con diversos espacios como un tortugario, el centro de acopio, una biblioteca, la zona de composta, huertos, ecotecnias y sistemas de captación de lluvia, además de que, como se mencionó, se busca que las personas puedan vincularse con él para implementar proyectos sociales como un mercadito orgánico o el hecho de que las niñas exploradoras realicen sus actividades. También hay pláticas con pintores o profesores de yoga para aprovechar el entorno.
Además, el proyecto se sostiene de las donaciones de organismos y la población; reciben material reciclable como plástico, papel, cartón y vidrio para venderlo a empresas o donarlo a organizaciones, todo con la finalidad de hacer este espacio autosustentable para su pleno desarrollo.
Concienciar sobre el medio ambiente
Según el Informe Anual 2020 sobre la Gestión Ambiental en Querétaro, los problemas más preocupantes de la entidad es la pérdida de la cobertura vegetal forestal debido a las actividades generadas por el acelerado crecimiento urbano e industrial y la disponibilidad del agua y su contaminación.
Asimismo, en materia de residuos en 2019, la generación diaria estimada de residuos sólidos urbanos en el estado alcanzó 2 mil 317.5 toneladas, de las cuales el 63% provienen de la Zona Metropolitana de Querétaro.
Los residuos de la entidad contribuyen con el 3% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que prevenir y trabajar en ello es una labor que compete a la ciudadanía, así lo refiere Melissa García: “ojalá la gente sea más consciente de sus residuos. Que piensen en la educación ambiental y guíen a sus hijos”.
Este contexto permite revalorar y reconsiderar la importancia de estos proyectos, pues como sostiene Ricardo Campos, “lo que pretendemos es activar programas de educación ambiental y pasando un poco la ola de la pandemia, creemos que mucha gente va a querer estar rodeado de este tipo de espacios dentro de la ciudad”.
Además, agrega: “Hay un reto que tenemos ahora que es gradual, que es reeducar a la gente, pues esta conoce y sabe que existe el lugar, pero no viene porque no lo hace desde su casa. El reciclado es una condición un poco laboriosa al principio, pero una vez que lo haces es en automático”.
El proyecto pretende convertirse en un ejemplo en la ciudad de que los cuidados ambientales se pueden realizar en apoyo de todos, a su vez que busca ser un lugar de encuentro en el que escuelas, asociaciones y personas en general puedan sumarse y aprovechar cada rincón para convivir, cuidar y aprender sobre la importancia de cuidar el planeta en el que vivimos.