Es de dominio público el lamentable y trágico evento suscitado en el estadio de La Corregidora el pasado cinco de marzo.
A dos semanas de distancia, hay todavía más preguntas que respuestas sobre lo que sucedió previo al encuentro de los Gallos contra el Atlas de Guadalajara.
La discusión pública se ha centrado en lo que sucedió posterior a los hechos, el actuar del Gobernador, su gabinete y las investigaciones llevadas a cabo por la fiscalía. Me parece que medianamente hay un común acuerdo en que la respuesta posterior a los hechos ha sido contundente, hoy se han logrado detener a la mayoría de los involucrados y están siendo procesados ante la justicia.
Sin embargo, se está dejando a un lado una parte fundamental del análisis y es que éste no debe ser solamente posterior, sino previo, preguntarnos y cuestionar a la autoridad sobre las decisiones administrativas y de seguridad que se tomaron, así como quiénes lo hicieron previo al encuentro deportivo.
Si aspiramos a que estos acontecimientos no vuelvan a suceder en nuestro estado, se deberá cubrir con las dos partes: la previa y la posterior. En la posterior, es claro, castigar a los responsables, crear expedientes y carpetas robustas para evitar puertas giratorias y que se cierre el paso a la impunidad, quién violente en Querétaro estará en la cárcel, punto. Y en el previo, que es lo que nos falta, deberá hacerse una investigación imparcial tanto a la autoridad como a las empresas involucradas para también fincar responsabilidades.
No podemos cerrar este caso si no se tienen ambas cosas, de lo contrario no habrá castigo para quienes son culpables y esto solo abona a la repetición de la conducta.
El tema sigue abierto y faltan muchas conclusiones, es una oportunidad para que Querétaro de muestra de que va en serio contra la impunidad, no solo en el discurso.
*Diputado local PRI