México, (Notimex).- Ricardo Anaya realizó declaraciones falsas tras el escándalo que lo involucra en una red de lavado de dinero y que implicaría el uso de empresas fantasmas y triangulaciones de dinero en diversos países y paraísos fiscales.
En diversos documentos públicos y declaraciones de los implicados en el caso y abogados, consta que existen tres elementos fehacientes que demuestran que no cumplió con la verdad.
En primer lugar, Anaya aseguró que quien firmó, en nombre de Manhattan Master Plan Development en la compra venta de la nave industrial es Juan Carlos Reyes García, lo que es falso, pues consta en escritura pública que el verdadero firmante es Luis Alberto López López.
Es decir, López López compró la nave industrial de Ricardo Anaya en nombre de Manhattan Master Plan Development.
De acuerdo con el testimonio de los involucrados en la presunta red de lavado de dinero, Alberto "N", Daniel "N" y su abogado, Xáman McGregor, Luis Alberto López López era el chofer de Manuel Barreiro Castañeda, presunto operador financiero de Ricardo Anaya.
En segunda instancia, la empresa Manhattan Master Plan Development fue declarada por el SAT el 16 de febrero pasado como una “empresa fantasma”; del tipo que utilizan quienes evaden impuestos y lavan dinero.
En tercer lugar, según registros públicos, el capital social de Manhattan Master Plan Development, es de 10 mil pesos, cinco mil aportados por Luis Alberto López López—chofer de Barreiro—y por cinco mil por María Ramírez Vega, empleada también de Barreiro.
A los 51 días de haberse creado esta empresa, logró lo que con mucho esfuerzo consigue el resto de los mexicanos: un crédito. Con este financiamiento, la empresa compró en 54 millones de pesos, la nave industrial de Ricardo Anaya, terreno por el cual había pagado 10 millones 700 mil pesos, resaltó este lunes Javier Lozano.
A su vez, Xáman McGregor afirmó que el candidato panista miente sobre su participación en la red de lavado de dinero ya que Juan Carlos Reyes García se incorporó a la empresa en una fecha posterior a la compraventa, cuando los asesores de Barreiro objetaron que el perfil de los compradores Luis Alberto López López y María Ramírez Vega—su chofer y la esposa de su contador –no correspondía con el de altos empresarios.
Esto evidencia que Ricardo Anaya no dio declaraciones apegadas a la verdad acerca de su participación en la red de lavado de dinero, por lo que queda pendiente una explicación transparente sobre la triangulación de recursos, concluyen quienes hablaron del caso este lunes.