Al menos 16 personas murieron y otras 38 resultaron heridas hoy por la explosión de un coche-bomba a la entrada de un mercado en la sureña provincia afgana de Kandahar.
El atentado se registró aproximadamente a las 13:30 horas locales (09:00 GMT), en el área de Hazrat Ji Baba, en los límites del décimo cuarto distrito policial de la ciudad de Kandahar, capital de la provincia homónima.
El portavoz del gobierno provincial, Mohammad Daud Ahmadi, confirmó que al menos 16 personas murieron por la explosión del vehículo cargado de explosivos, que detonó cuando personal de seguridad intentaba desactivarlo.
Existe el temor de que la cifra de muertos aumente en las próximas horas o días, ya que muchos de los 38 heridos están graves, entre ellos expertos del Ejército en explosivos.
Fuentes del Hospital Mirwais confirmaron que recibieron 16 cadáveres, cuatro de ellos miembros de las Fuerzas de Seguridad y a 38 heridos, incluidos ocho uniformados y cuatro niños, según un reporte de la agencia de noticias Pajhwok Afghan News (PAN).
Daud Ahmadi destacó que ningún grupo ha reclamado la responsabilidad de la explosión del coche-bomba, aunque recordó que Khadahar ha sido blanco en el pasado de atentados explosivos de la insurgencia del Talibán.
El presidente Ashraf Ghani elogió la valentía de las fuerzas de inteligencia y seguridad por intentar frustrar la detonación del coche y expresó sus condolencias a las familias de aquellos que perdieron la vida en el incidente.
Al menos otros 12 policías perdieron la vida y decenas más resultaron heridos este madrigada en un enfrentamiento con militantes del movimiento fundamentalista del Talibán en la meridional provincia de Ghazni.
Los enfrentamientos se registraron en varios puntos de los distritos de Jaghatu y Deh Yak, donde según Mohammad Arif Noori, portavoz del gobierno provincial, la situación es “preocupante”.
"La jefatura de policía de Dih Yak está al borde del colapso. Varias fuerzas de seguridad han muerto debido a los enfrentamientos en curso en los distritos", dijo el funcionario tras confirmar que el jefe de policía y otro oficial de seguridad policial murieron en los combates.
Desde el pasado 25 abril, cuando el Talibán anunció el comienzo de su ofensiva de primavera, los atentados con bombas y ataques armados contra las fuerzas de seguridad han ido en aumento en varias ciudades, incluida la capital afgana.
El domingo pasado, militantes Talibán capturaron por varias horas el distrito de Ajristan de la provincia de Ghazni, aunque las fuerzas gubernamentales los obligaron a retroceder y retomaron el control total.
El Movimiento Talibán, que proclama el extremismo religioso islámico, llegó al poder en Afganistán en 1996, bajo la imposición de una de las más estrictas interpretaciones de la Sharia (Ley Islámica), que se hizo famosa internacionalmente por el maltrato a las mujeres.
Durante el régimen del Talibán, las afganas se vieron obligadas a usar la burka, una túnica que las cubre de cabeza a pies y sólo tiene una abertura a la altura de los ojos, tenían prohibido trabajar y recibir educación después de los ocho años, salvo para el estudio del Corán.
El régimen fue derrocado tras la invasión de Estados Unidos a fines de 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas, orquestado por el fallecido líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, quien en ese entonces se refugiaba en Afganistán, protegido por el Talibán.