La exdirigente birmana Aung San Suu Kyi, encarcelada en régimen de incomunicación desde hace casi tres meses, con múltiples acusaciones por parte de la junta militar, todavía no ha podido reunirse con su equipo de abogados, se lamentó ante la AFP uno de éstos.
Aung San Suu Kyi, de 75 años, compareció este lunes por videoconferencia ante un tribunal de la capital, Naipyidó.
Ella solicitó poder reunirse con el equipo a cargo de su defensa, pero la policía no accedió hasta ahora a que lo haga, diciendo que trabajan en su caso "paso a paso", y la audiencia se pospuso para el 10 de mayo, según el abogado Min Min Soe.
La premio Nobel de la Paz 1991, delgada pero con aparente buena salud, está muy molesta por la lentitud del proceso, añadió Min Min Soe.
Detenida el 1 de febrero en momentos del golpe de Estado, Aung San Suu Kyi no ha sido vista en público desde entonces y está bajo arresto domiciliario en la capital.
Está inculpada de seis cargos, uno de ellos por violación de una ley de secretos de Estado, que data de la etapa colonial.
También está acusada de haber recolectado más de un millón de dólares (más de 830.000 euros) y 11 kg de oro en sobornos, aunque aún no ha sido acusada de "corrupción".
Si la declaran culpable, no sólo podrían excluirla de la política, sino además condenarla a varios años de prisión.
Aung San Suu Kyi "no tiene acceso a la información ni a la televisión. No creo que conozca la actual situación del país", señaló Min Min Soe.
Las manifestaciones cotidianas exigiendo su libertad y el restablecimiento de la democracia continúan siendo reprimidas de manera violenta por las fuerzas de seguridad.
Más de 750 personas han muertos y casi 3.500 detenidas, de acuerdo a la Asociación de Ayuda a Presos Políticos (AAPP).