Al menos diez personas murieron y unas 15 resultaron heridas este miércoles en un ataque con bomba en el centro de Kabul contra el convoy del primer vicepresidente afgano, Amrulá Saleh, conocido por su hostilidad hacia los talibanes.
"Esta mañana mientras nos dirigíamos a mi oficina, nuestro convoy fue atacado. Estoy bien (...) Tengo quemaduras en la cara y la mano", afirmó Saleh en un video publicado en Facebook, con la mano vendada.
"Lamentablemente diez civiles, la mayoría personas que trabajaban en esta zona, murieron y otras 15, entre ellos guardaespaldas del primer vicepresidente, resultaron heridas", declaró a la prensa Tareq Arian, portavoz del ministerio del Interior.
Según un comunicado del ministerio, la bomba, ubicada en una carreta, fue estallada a distancia.
"La explosión de hoy no tiene nada que ver con nosotros", reaccionó el portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, consultado por la AFP.
Abdulá, un comerciante que, como muchos afganos, sólo utiliza un nombre, explicó que la explosión destrozó sus ventanas. "Una tienda que vendía botellas de gas también se incendió, y las botellas explotaron", dijo.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el ataque.
"Los enemigos de la paz siguen ignorando la voluntad del pueblo afgano de poner fin a la violencia", deploró en Twitter el embajador de la OTAN en Afganistán, Stefano Pontecorvo.
La delegación de la Unión Europea en Afganistán denunció "un acto desesperado por aquellos que quieren desperdiciar los esfuerzos de paz, que deben ser enfrentados colectivamente".
Prueba de paz
El ataque de este miércoles tuvo lugar cuando el equipo de negociadores afganos y los talibanes deben empezar próximamente las negociaciones de paz en Catar.
Mohammad Masoom Stanekzai, jefe del equipo de negociación de Kabul para las conversaciones de paz con los insurgentes, pidió que se pusiera fin a la violencia para facilitar el proceso de paz.
"La hora de las excusas ha pasado. El asesinato del pueblo debe cesar", tuiteó.
Saleh, conocido por sus posiciones hostiles con los talibanes, ya sobrevivió a un intento de asesinato el verano pasado durante la campaña presidencial, cuando un kamikaze y hombres armados atacaron sus oficinas.
El atentado causó al menos 20 muertos, la mayoría civiles, y 50 heridos.
Saleh declaró el domingo que el compromiso de los talibanes con la paz se mediría desde el comienzo de las negociaciones, cuando la delegación de Kabul presionará por un cese el fuego permanente.
"La primera prueba para los talibanes es (un) alto el fuego. Si lo aceptan, están comprometidos con la paz, de lo contrario no lo están", dijo Saleh en una entrevista con Tolo News, una cadena de televisión privada afgana.
Mientras que continúan los preparativos para las conversaciones en Doha, la violencia no cesa.
"Estos ataques destruyen la esperanza de millones de afganos que sueñan con la paz y ansían el comienzo de las conversaciones de paz y el fin de la violencia", escribió en Twitter el portavoz del presidente afgano.
El inicio de un diálogo de paz entre las dos partes, previsto para marzo, ha sido aplazado en varias ocasiones por desacuerdos en torno a un intercambio de prisioneros que ya está casi terminado.