El islamismo radical sigue siendo una "amenaza de seguridad de primer orden" en el mundo e incluso "está empeorando", aseguró el lunes el ex primer ministro británico Tony Blair.
El exlíder laborista hablaba en una conferencia del grupo de reflexión británico RUSI pocas semanas después de que los talibanes tomaran el poder en Afganistán, casi 20 años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
"En mi opinión, el islamismo, tanto la ideología como la violencia, es una amenaza para la seguridad de primer orden", afirmó Blair, que comprometió a su país en la guerra de Afganistán en 2001 junto a Estados Unidos en nombre de la guerra contra el terrorismo.
"Y si no se contiene, llegará a nosotros, aunque se concentre lejos de nosotros, como demostró el 11-S", añadió. "Es un reto global, y está empeorando", subrayó.
Blair pidió a las potencias mundiales, incluidos los aliados no occidentales, que adopten un enfoque más unificado. "Las principales potencias deben unirse para desarrollar una estrategia consensuada", insistió, subrayando que China, Rusia y muchos países musulmanes también tienen interés en contrarrestar el islamismo radical.
Durante sus diez años al frente del gobierno británico desde 1997, Blair forjó una estrecha relación con el entonces presidente estadounidense George W. Bush, defendiendo el intervencionismo occidental.
La impopularidad de las intervenciones militares en Oriente Medio, sobre todo en Irak en 2003, desempeñó un papel importante en su caída en 2007 y su sustitución por Gordon Brown.
El exdirigente repitió unas críticas realizadas ya en agosto, cuando acusó a Occidente de abandonar Afganistán al retirarse del país tras veinte años de presencia.