La población de Austria, incluidas las personas vacunadas contra el covid-19, tendrán que respetar un confinamiento a partir del lunes y la vacunación será obligatoria desde el 1 de febrero en el país, que se convierte en el primer Estado de la Unión Europea en adoptar medidas tan drásticas frente al resurgimiento de la pandemia.
El canciller Alexander Schallenberg, conservador, anunció este endurecimiento de las restricciones este viernes tras reunirse con las autoridades locales y explicó en una rueda de prensa que hay que "mirar la realidad de frente".
"No hemos logrado convencer suficientemente a la gente para que se vacune", dijo, explicando que las unidades de cuidados intensivos están ya registrando una situación crítica.
"Aumentar la cifra de vacunados es la única manera de salir de este círculo vicioso", agregó, explicando que esta medida será una especie de "billete de salida" de la pandemia.
Austria, que ya instauró desde el pasado lunes el confinamiento para los no vacunados, ampliará la medida a partir del lunes y durante 20 días para todos los vacunados.
Según el canciller, la decisión "no fue fácil de tomar" y será reevaluada dentro de diez días.
Schallenberg admitió que se está pidiendo "mucho" a las personas vacunadas debido a que "demasiada gente no está mostrando solidaridad".
Aunque un número creciente de países impone un certificado de vacunación para algunos sectores, como el personal sanitario, muy pocos en el mundo exigen a toda su población adulta que se vacune.
Es el caso de dos Estados autoritarios de Asia central, Tayikistán y Turkmenistán, y del Vaticano. El territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico, que tiene una importante autonomía, también decidió que la vacunación sea obligatoria a partir de finales de diciembre.
Mercadillos de navidad anulados
Desde hace semanas, varios países europeos registran un preocupante aumento de los casos de coronavirus y han decidido endurecer las restricciones.
En Alemania, cuya autoridad sanitaria consideró "insuficiente" el plan de acción anticovid anunciado el jueves por las autoridades, Baviera decidió cancelar los mercadillos navideños. En Grecia, se prohibió el acceso de los no vacunados en los espacios cerrados, salvo los restaurantes.
En Austria, desde el pasado lunes, las personas no vacunadas no pueden salir de casa salvo para hacer compras, hacer deporte o recibir cuidados médicos.
De los 8,9 millones de habitantes del país, un 66% están totalmente vacunados, un porcentaje ligeramente inferior al promedio europeo, pese a que el país instauró en primavera (boreal) un pasaporte sanitario.
Por ahora las escuelas están abiertas, pero se recomienda a los padres que dejen a sus hijos en casa si pueden y se insta a teletrabajar.
Las medidas tomadas por el gobierno austriaco en estos días tuvieron un efecto positivo, ya que aumentó el número de personas que han pedido cita para vacunarse.
Pero el número de casos de covid-19 sigue creciendo y el viernes, el país registró cerca de 16.000 nuevos contagios.
"Dictadura"
"Tenemos demasiadas fuerzas políticas en este país que se oponen con vehemencia" a la vacunación, criticó el canciller, denunciando un "atentado contra el sistema de salud" austriaco.
El sábado el partido de extrema derecha FPÖ ha organizado una manifestación en Viena en la que se espera a miles de personas.
Su líder, convencido militante antivacunas, ha dado positivo por coronavirus y no podrá participar. "Austria es ahora una dictadura", dijo Herbert Kickl el viernes ante las nuevas medidas anunciadas por el gobierno.
En Viena, los artesanos que venden sus productos en los mercadillos navideños se preparaban para meter todo en cajas, apenas una semana después de la apertura.
"Es injusto que el 70% que sí se ha vacunado tenga que confinarse por culpa del 30% que no se ha vacunado", declaró Markus Horvarth. Molesto, este comerciante de joyas de madera, afirmó que no tiene muchas esperanzas de que el mercadillo reabra a mediados de diciembre y cree que el confinamiento será "prolongado".
"La mitad de mis ingresos los gano aquí", declaró, en otro puesto, Christian Edlmayr. "Esto será muy muy duro".