Bangladés desplegó guardas fronterizos para ayudar a mantener el orden, según informó el sábado un alto responsable, tras las violentas protestas de un grupo radical islamista opuesto a una visita del primer ministro indio, Narendra Modi.
La violencia, que estalló el viernes en la principal mezquita de Daca, se extendió a varias zonas de este país del sur de Asia, de mayoría musulmana, poblado por 168 millones de habitantes.
Los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes dejaron cinco muertos y varios heridos.
"Por orden del ministro del Interior (...) un número necesario de guardas fronterizos ha sido desplegado en varios distritos del país" declaró a la AFP el teniente-coronel Fayzur Rahman, sin precisar el número exacto de efectivos.
Estas violentas manifestaciones se celebran cuando Bangladés conmemora el 50 aniversario de su independencia, con el gobierno jactándose de los éxitos económicos del país, eclipsados según los grupos de derechos humanos por las violaciones de derechos.
La visita del nacionalista indio Narendra Modi, que llegó el viernes a Daca con motivo de esta conmemoración, ha sido acogida desde hace días con manifestaciones en las que se lo acusa de incitar a las violencias antimusulmanas en India, que causaron un millar de muertos en el Estado indio de Gujarat en 2002, cuando dirigía este Estado.
Modi tiene previsto visitar este sábado dos importantes templos hindúes en distritos rurales del sur de Bangladés
Cuatro de las víctimas de los disturbios del viernes son miembros del grupo radical islamista Hefazat-e-Islam, que convocó las manifestaciones a nivel nacional. Este grupo organizó masivas protestas exigiendo la adopción de leyes que penalicen la blasfemia.
Según un portavoz de Hefazat, decenas de miles de personas se manifestaron el viernes contra la visita de Modi.