Alemania, que preside actualmente el G7, calificó el martes de "crimen de guerra" la destrucción "sistemática" de Rusia de las infraestructuras energéticas en Ucrania.
Los ataques actuales contra los centros de suministro de energía y calefacción "para dejar a la gente en sus apartamentos durante un invierno en el que las temperaturas podrían caer a -30 °C" son "un crimen de guerra terrible", declaró el ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, tras una reunión con sus homólogos del G7.
La situación hoy en día de Ucrania refuerza "nuestra responsabilidad de cooperar mucho más estrechamente en el ámbito de la lucha contra los crímenes de guerra", agregó el ministro, precisando que este era el motivo de la reunión, la primera de este tipo entre los ministros de Justicia de las grandes potencias mundiales del G7.
"Es un mensaje claro para el mundo: los criminales de guerra no deben ni pueden sentirse seguros estén donde estén", insistió.
"Ningún crimen de guerra tiene que quedar impune", reiteró el ministro, cuyo país preside el G7 durante todo el 2022.
El fiscal general de Ucrania, Andriy Kostin, invitado a este encuentro, reiteró el llamado de responsables ucranianos a crear un tribunal especial para juzgar los crímenes perpetrados por Rusia desde la invasión a su país, hace nueve meses.
Hasta ahora, las autoridades ucranianas han registrado unos 50.000 casos de supuestos crímenes de guerra, recordó Buschmann.
En octubre, la Unión Europea y la ONU también utilizaron el término crímenes de guerra después de unos bombardeos parecidos.