El primer ministro británico, Boris Johnson, presenta el lunes un nuevo sistema de alerta con tres niveles para combatir una segunda ola de coronavirus en Inglaterra, que podría ver rápidamente un endurecimiento de las restricciones en la zona de Liverpool.
Criticado por una multiplicación de diferentes medidas locales en constante cambio que ha sembrado la confusión entre los británicos, Johnson, quien demostró recientemente perderse él mismo entre la variedad de restricciones según las zonas, espera con este nuevo sistema imponer claridad.
Debe presentarlo por la tarde ante la Cámara de los Comunes, antes de dirigirse al país en una rueda de prensa televisada.
En preparación del terreno, ya por la mañana las autoridades sanitarias comparecieron para anunciar la reactivación en las próximas semanas de los grandes hospitales de campaña instalados a toda prisa durante el confinamiento y paralizados desde entonces.
"Seguimos sin un tratamiento y sin una vacuna contra el covid-19" lo que "desgraciadamente quiere decir que, dado que los contagios aumentan, el número de muertos aumentará también", aseguró el director médico de la salud pública en Inglaterra, Stephen Powis.
De momento, se ordenó "prepararse a recibir pacientes si es necesario" a tres de estos hospitales situados en el norte de Inglaterra, la zona donde el aumento de los casos es más preocupante. Sin embargo otros pueden seguir, advirtieron.
El Reino Unido es el país más castigado de Europa por la pandemia, con más de 42.800 muertes confirmadas por covid-19. Y, como en muchos países del continente, aumenta la preocupación ante la llegada de una segunda ola.
Según datos publicados el viernes por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), unas 224.400 personas -aproximadamente 1 de cada 240 o más de 400 por 100.000 habitantes- en Inglaterra tuvieron el coronavirus durante la semana del 25 de septiembre al 1 de octubre.
Ira en el norte de Inglaterra
Aunque los adultos jóvenes son los principales afectados, también se multiplicaron por ocho las infecciones de los mayores de 65 años desde el mes pasado, según el mayor estudio británico, realizado por el Imperial College London e Ipsos MORI.
El estudio, con una muestra de 175.000 personas, calculó que se produjeron 45.000 nuevas infecciones cada día entre el 18 de septiembre y el 5 de octubre. La tasa de reproducción, conocida como número R, se sitúa esta semana entre 1,2 y 1,5, según cifras del gobierno británico, lo que significa que cada 10 personas infectan de media a entre 12 y 15 más.
En este contexto, el nuevo sistema de alerta dividirá Inglaterra en tres niveles -medio, alto y muy alto- según la evolución de la pandemia y las restricciones que se deban aplicar.
Este no concernirá sin embargo a Escocia, Gales e Irlanda del Norte que, con competencias autónomas en materia de Sanidad, fija sus propias políticas contra el covid-19.
Así, las ciudades escocesas de Edimburgo y Glasgow ya vieron la semana pasada sus bares y restaurantes cerrados durante dos semanas por decisión del gobierno de la independentista Nicola Sturgeon.
Medidas similares podrían imponerse ahora a zonas del norte de Inglaterra como Liverpool, con casi 600 casos por 100.000 habitantes.
El alcalde de la ciudad, Joe Anderson, prevé que esta sea puesta bajo el nivel "muy alto" de alerta a partir del martes, imponiendo una duras restricciones que ya despiertan la ira de los políticos locales contra las autoridades de Londres.
"Expreso públicamente mi cólera", afirmó este fin de semana el alcalde laborista de Mánchester, Andy Burnham, en rueda de prensa conjunta con otros responsables políticos del norte de Inglaterra.
"No abandonaremos a los habitantes ante la adversidad y a las empresas ante la quiebra", prometió, amenazando incluso con un recurso judicial contra un eventual cierre de bares y restaurantes.
En previsión de estas nuevas restricciones, el ejecutivo de Johson anunció el viernes que pagará dos tercios de los sueldos, hasta un máximo de 2.100 libras (2.715 dólares, 2.310 euros) mensuales por persona, de los empleados de las empresas obligadas por ley a a cerrar.