La Inteligencia afgana arrestó a 33 miembros del grupo extremista Estado Islámico (EI) que planeaban un atentado en esta capital, durante las festividades musulmanas de la Ashura, que recuerdan el asesinato del imán Husayn ibn Ali, nieto del profeta Mahoma.
En un comunicado, la Dirección Nacional de Seguridad (NDS) precisó que las detenciones se llevaron a cabo durante redadas separadas realizadas en Kabul, donde 26 supuestos yihadistas (combatientes islámicos), y la oriental provincia de Nangarhar, donde se arrestó a otros siete.
Entre los detenidos en Kabul está un prominente líder del ala del Estado Islámico (EI) en Afganistán, identificado como Abdullah, quien dirigiría un ataque suicida contra fieles musulmanes chiítas asistentes a las festividades de la Ashura en Kabul, el próximo fin de semana.
“Los rebeldes del Estado Islámico llegaron a Kabul desde diferentes provincias y querían llevar a cabo ataques suicidas el día de la Ashura”, según un reporte de la agencia informativas Pajhwok Afghan News (PAN).
Los otros siete miembros del grupo extremista fueron arrestados en diferentes operativos realizados en los distritos de Jalalabad, Bati Kot, Behsud, Khogyani y Rudat, de la provincia oriental de Nangarhar durante la pasada semana.
El gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogyani, dijo este martes que los insurgentes detenidos reconocieron sus planes de llevar a cabo atentados y otros crímenes, y afirmó que sus casos serían enviados a las instituciones judiciales para una mayor investigación.
El grupo Estado Islámico de Khorasan (EI-K) ha logrado gran fortaleza en la provincia de Nangarhar, ubicada cerca de la frontera oriental de Afganistán con Pakistán, convirtiéndose en uno de los grupos militantes más peligrosos del país, a la par de la insurgencia Talibán.
El número exacto de combatientes del Estado Islámico en Afganistán es difícil de calcular, ya que con frecuencia cambian de un grupo a otro, aunque fuentes militares estadunidense en el país estiman que hay alrededor de dos mil.
A fines de agosto pasado, más de 150 combatientes del EI se rindieron a las fuerzas de seguridad afganas en la provincia noroccidental de Jawzjan, donde el grupo lucha por el control de las rutas de contrabando hacia la vecina Turkmenistán.
El EI, conocido como Daesh (su acrónimo en árabe), surgió en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Siria e Irak, en donde en junio de 2014 estableció un califato que encabeza su líder al Abu Bakr al Baghdadi.
El grupo yihadista comete crímenes atroces en nombre del Islam, como decapitaciones, lapidaciones, quemando vivas a sus víctimas o lanzándolas desde azoteas de edificios, aunque también ha perpetrado innumerables atentados suicidas.