El potente ciclón Harold destruyó las viviendas de decenas de miles de personas la semana pasada en Vanuatu, dijo una asociación humanitaria, y el archipiélago del Pacífico Sur no acepta ayuda extranjera por miedo al nuevo coronavirus.
La tormenta también azotó las Islas Salomón, Fiyi y Tonga. La ayuda a las víctimas de este ciclón, que estaba clasificado en la categoría 5, la más potente, se complica debido a las restricciones de viaje decididas por Vanuatu para protegerse de la pandemia de covid-19.
La oenegé World Vision afirmó que 35% de la población del archipiélago, que cuenta con 300.000 habitantes, se encontraba ahora en centros de acogida.
"La cuestión de la vivienda sigue siendo una preocupación absoluta", dijo a la AFP Kendra Gates Derousseau, directora de World Vision en Vanuatu.
En algunas zonas del archipiélago los daños eran aún mayores que los causados en 2015 por el paso de Pam, el último ciclón de categoría 5 que azotó a Vanuatu, agregó.
Pam había devastado la capital, Port Vila. "Después de Pam, algunas personas simplemente tendieron una lona sobre su tejado", recuerdó.
"Pero lo que vemos después de Harold son casas que fueron pulverizadas. No hay nada que se pueda recuperar", agregó.
Los daños más importantes se registran en las islas de Pentecostés, Ambae y Espiritu Santo, donde se encuentra Luganville, la segunda ciudad más grande del país.
El número de víctimas mortales del ciclón sigue siendo de tres en Vanuatu, pero Gates Derousseau dice que podría aumentar a medida que la información llegue proveniente de las provincias más remotas.