El rápido avance del ejército Talibán en Afganistán, en un contexto de retiro de las tropas de los Estados Unidos del país centroasiático, plantea varios cuestionamientos desde un escenario geopolítico. En un contexto de expansión regional china impulsada con la Belt and Road Initiative (conocida en español como la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” o las nuevas rutas de la seda), el retiro militar estadounidense de una zona estratégica, con la información del avance de las tropas talibanes y con el conocimiento en el terreno de las condiciones materiales y emocionales del ejército gubernamental afgano, parece mostrar un reacomodo de las correlaciones geopolíticas no solamente regionales, sino globales.
Trump y Biden tuvieron una coincidencia al apoyar el retiro de las tropas norteamericanas, pero los costos los recibirá la administración demócrata. Los medios estadounidenses quizá planeaban sus contenidos para el próximo mes de septiembre, con frases como “después de 20 años acaba la guerra en Afganistán”. El problema es que un mes antes, los talibanes han regresado al poder. Sí, acabó la guerra, pero no de la forma en que le hubiera gustado al gobierno norteamericano.
Algunas preguntas las comparto con las y los lectores. ¿Por qué se van las tropas de los Estados Unidos en este momento?; ¿qué se ganó con su presencia durante los últimos 20 años?; ¿por qué avanzaron y tomaron tan rápido las fuerzas talibanes las principales ciudades afganas?; ¿cuál es el papel de Rusia y de China en Afganistán?; ¿cuál es la postura y las acciones que implementarán la Unión Europea y la OTAN?
En la actual coyuntura afgana, parece que la sorpresa, la preocupación y el temor se imponen en el imaginario global. Las reacciones, el posicionamiento, las propuestas y estrategias para proteger a la población, no están en la agenda.
*Joel Angel Bravo Anduaga, Profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.