El Kremlin admitió este viernes que su campaña de vacunación contra el covid había fracasado en comparación con la de Europa, pero culpó de ello a la población, reacia a vacunarse, en plena ola epidémica.
Este viernes, Rusia registró un nuevo récord de casos y decesos por covid-19, con 1.064 muertes y 37.141 contagios reportados en las últimas 24 horas.
"Estamos en una situación peor que la de toda una serie de países europeos en lo que respecta a la vacunación. Y, de golpe, con el impulso de variantes más agresivas, hay más gente que cae enferma, esa es la realidad del momento", declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
A penas un tercio de los rusos se han vacunado contra el covid desde diciembre, en un contexto de desconfianza hacia las vacunas desarrolladas a nivel nacional.
Pero, para Peskov, la actuación del Estado no debería ponerse en entredicho, sino más bien la de la población. "El problema es la toma de conciencia de los ciudadanos", señaló el portavoz, quien tampoco se vacunó (algo que justificó diciendo que tenía un nivel alto de anticuerpos, al haber pasado la enfermedad en mayo de 2020).
Aunque las autoridades rusas han instado a la población a vacunarse, también dieron a entender que la epidemia se podía gestionar, limitando al máximo las restricciones sanitarias para proteger la economía.
El presidente Vladimir Putin decretó una semana no laborable del 30 de octubre al 7 de noviembre para frenar el repunte de casos y decesos, en tanto Moscú cerrará durante once días todos sus servicios, empresas y comercios considerados "no esenciales" a partir del 28 de octubre.
Según el gobierno, el covid-19 ha causado en Rusia 228.453 muertes, pero la agencia de estadísticas Rosstat considera que esa cifra esta subestimada y que a finales de agosto el coronavirus había matado ya a más de 400.000 personas en el país.