Londres, (Notimex).- Investigadores dieron cuenta del nacimiento exitoso en parto vivo de una niña sana, cuya gestación tuvo lugar en el útero trasplantado de una mujer fallecida, el primer caso de este tipo en el mundo, lo que abre nuevas esperanzas en contra de la infertilidad.
El trasplante de útero de donantes vivas se convirtió en realidad después de 2014, pero no se había logrado ningún caso exitoso de parto vivo a través de un órgano de donante fallecida, lo que planteaba dudas sobre su viabilidad, incluso si continuaba siendo viable después de una isquemia prolongada.
En un artículo publicado este miércoles en la revista británica The Lancet, científicos de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, describien el caso de una mujer de 32 años con ausencia uterina congénita, una condición conocida como síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH).
La paciente se sometió en septiembre de 2016 a un trasplante uterino en el Hospital de Clínicas, de la Universidad de Sao Paulo, de una donante de 45 años que había tenido tres partos vaginales previos y que falleció de hemorragia subaracnoidea.
La receptora, quien tenía un ciclo de fertilización in vitro cuatro meses antes del trasplante que produjo ocho blastocistos crioconservados, mostró una recuperación postoperatoria satisfactoria y fue dada de alta después de una semana de observación en el hospital.
La inmunosupresión se indujo con prednisolona y timoglobulina y se continuó a través de tacrolimus y micofenalato mofetilo (MMF), hasta cinco meses después del trasplante, momento en el cual la azatioprina reemplazó al MMF.
El equipo brasileño de investigadores refiere que la primera menstruación de la paciente ocurrió 37 días después del trasplante, y posteriormente se presentó de manera regular, mientras que el embarazo se produjo siete meses después de la cirugía, tras la primera transferencia de un solo embrión.
“No se reportaron anomalías en la forma de onda de la velocidad del flujo sanguíneo mediante ecografía Doppler de arterias uterinas, umbilicales fetales o arterias cerebrales medias, ni alteraciones del crecimiento fetal durante todo el embarazo”, destaca.
Tampoco hubo episodios de rechazo después del trasplante o durante la gestación, afirma el equipo y señala que el nacimiento de la bebé ocurrió el 15 de diciembre de 2017, cerca de la 36 semana de gestación.
La pequeña pesó al nacer dos mil 550 kilogramos, apropiada para la edad gestacional, se mantiene saludable y se desarrolla normalmente hasta la fecha, mientras que a la madre se le extirpó el útero en el mismo procedimiento quirúrgico y se suspendió la terapia inmunodepresora, sin ningún problema.
Este primer caso mundial establece una prueba de concepto para el tratamiento de la infertilidad uterina mediante el trasplante de un donante fallecido, abriendo un camino hacia un embarazo saludable para todas las mujeres con infertilidad de factor uterino, sin necesidad de donantes vivos.