Tel Aviv, Israel | AFP.- "Es la primera vez que me zambullo en el agua en meses. ¡Es la mejor sensación del mundo!" Al amanecer, en plena canícula, Daria no se hizo rogar para disfrutar de la reapertura de las playas en Israel tras dos meses de confinamiento.
A comienzos de abril, cuando se impusieron las primeras medidas de confinamiento para limitar la propagación del coronavirus, la clausura de las playas no conmocionó ni decepcionó a nadie, en tanto la temperatura ambiente y la del agua aún eran frescas.
Pero, con el inicio del desconfinamiento en las últimas semanas y una ola de calor abrasador, algunos israelíes no esperaron la autorización oficial para darse un chapuzón.
El sábado, durante el sabbat, miles de personas desafiaron las medidas vigentes en las playas de Tel Aviv para dorarse al sol y refrescarse en las aguas del Mediterráneo. Eso sí, en ausencia de personal salvavidas.
La apertura al público de 124 playas vigiladas en todo el país este miércoles ha marcado el comienzo oficial de la temporada veraniega. En principio, estaba programado para el 1 de abril, pero luego se postergó hasta el 1 de junio por causa de la pandemia de covid-19, para finalmente ser adelantado 10 días.
Luciendo camisetas de color naranja fosforescente, los playistas de Tel Aviv han instalado tumbonas y parasoles en la arena, cuidando respetar las directivas de distanciamiento, bajo la mirada un tanto inquisitiva de paseantes que se acercan sólo para respirar aire puro bajo el sol.
Daria, de 30 años, en bikini y con su espalda decorada por coloridos tatuajes, llegó a la playa al amanecer. "A causa del calor, vine a las 05h45, anhelaba este momento", confía a la AFP.
"Dos meses sin nadar por culpa del coronavirus, tuve la impresión de deprimirme", señala Dalia Cohen, de 72 años, con una amplia sonrisa, quien también llegó temprano a disfrutar del Mediterráneo.
- Dos metros y ¿segunda ola? -
Pero las autoridades tienen dificultades para hacer cumplir las medidas de distanciamiento social.
En teoría, aún se requiere mantener una distancia de dos metros entre las personas en las playas, en tanto los grupos no pueden exceder de seis individuos, decidió el gobierno, que busca concretar el desconfinamiento al tiempo que teme se registre una eventual segunda oleada de contagios.
Israel, con unos nueve millones de habitantes, ha registrado 16.600 casos de covid-19 y 278 muertes.
La epidemia tuvo mayor incidencia entre los judíos ortodoxos, denominados "haredíes" ("temerosos" de Dios en hebreo), lo que alimentó la idea de que los barrios o ciudades no ortodoxas son menos propicios a la propagación del coronavirus.
"Tel Aviv es diferente porque no hay haredíes, pero llegaron muchos turistas que trajeron el virus", señala a la AFP Teah Harel, de 29 años.
Con el sol, y ahora el mar, ahora muchos esperan solamente una cosa: la reapertura de los bares. Salvo que se produzca una segunda y rápida oleada de contagios, su deseo se verá cumplido dentro de una semana, el 27 de mayo, lo que brindaría a la liberal Tel Aviv su verdadero ambiente veraniego.
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