Manila, (Notimex).- “Filipinas no es el basurero del mundo”, aseguraron hoy grupos ambientalistas en el país surasiático tras ser devueltas a Canadá toneladas de residuos que suscitaron un conflicto diplomático bilateral y el debate sobre la exportación de basura no reciclable a los países en desarrollo.
El barco Bavaria con 69 contenedores de basura “ilegal” zarpó esta mañana del puerto de Subic, al norte de Manila, rumbo a Taiwán, una breve escala en su camino hacia el puerto canadiense de Vancouver, a donde se espera llegará el próximo 22 de junio.
Se trata de más de dos mil toneladas de basura canadiense que, durante unos seis años, permanecieron en decenas de contenedores con etiquetas que referían plásticos reciclables, pero no era así, ya que había pañales para adulto, periódico, desechos domésticos y electrónicos, así como botellas de plástico no clasificado.
Es una “victoria para el Estado de derecho, la moral y el medio ambiente”, precisaron en un comunicado conjunto grupos ambientalistas, como Greenpeace, Coalición EcoWaste y RightOnCanada, tras la partida del Bavaria con toda la basura ilegal.
Citados por el diario local Manila Bulletin, expresaron su júbilo y alivio por la “histórica” devolución de los desechos después de estar varados durante tanto tiempo y reconocieron la labor de los gobiernos de Filipinas y Canadá para poner fin en buenos términos al conflicto suscitado.
“Filipinas no es el basurero del mundo”, “Nunca más permitiremos que otros países destruyan nuestra dignidad, la salud de nuestra gente y el medio ambiente”, apuntó la coordinadora nacional de EcoWaste, Aileen Lucero.
A su vez Kathleen Ruff, de RightOnCanada, se manifestó en la misma línea y dijo que “está es una victoria para el medio ambiente y una victoria para el Estado de derecho”. “Canadá finalmente va a cumplir con el Convenio de Basilea y asumir la responsabilidad de sus propios desechos. Esto es lo que significa la responsabilidad ambiental ", agregó.
Los contenedores de basura llegaron en 2013 y 2104 a Filipinas y permanecieron en los puertos de Manila y Subic desde entonces, causando una disputa diplomática entre ambos países que el presidente filipino Rodrigo Duterte estaba dispuesto a llevar hasta la guerra.
En 2016, un tribunal declaró ilegal la importación de las más de dos mil toneladas de residuos que se etiquetaron de manera incorrecta como plásticos para reciclar, y ante la presunta inacción de Canadá, a mediados de mayo Filipinas tomó medidas drásticas, incluida el retiro de su embajador y cónsules, debido a que la nación norteamericana incumplió el plazo para llevarse su basura.
El tema de la basura y su reciclaje no es exclusivo de Filipinas, que encontró más contenedores procedentes de Australia y Hong Kong, sino de varias naciones asiáticas que cada vez más se niegan a recibir y almacenar los residuos de los países desarrollados.
China prohibió a principios de 2018 la importación de 24 tipos de desechos procedentes de Estados Unidos, Europa y Japón, con el objetivo de limpiar su medio ambiente.
Le siguieron Indonesia, Tailandia, Vietnam y Malasia, éste último que hace unos días anunció que regresará 450 toneladas de desechos plásticos a Australia, Bangladesh, Canadá, Arabia Saudita y Estados Unidos.