/ miércoles 4 de abril de 2018

Gobernadores de Texas y Arizona apoyan paso de Guardia Nacional en la frontera

El cuerpo de voluntarios de la Guardia Nacional está bajo control de los estados por lo que se necesita su aprobación

Los gobernadores de Texas y Arizona, estados fronterizos de Estados Unidos con México, respaldaron la decisión del presidente Donald Trump de desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur del país.

Tanto el gobernador de Arizona, Doug Ducey, como el de Texas, Greg Abbott, celebraron la decisión de Trump como una medida "necesaria" para detener el flujo "masivo" de migrantes hacia el país con la intención exclusivamente, según sus palabras, de mantener la seguridad de sus comunidades.

Gobierno de Texas

Abbott, del Partido Republicano, aseguró en un comunicado que desde que llegó al poder en enero de 2015 siempre ha mantenido "una presencia continua" de la Guardia Nacional, junto con soldados permanentes del Departamento de Seguridad Pública, en el área fronteriza, pero que toda ayuda es recibida con agrado.

"La acción de hoy de la Administración Trump refuerza el compromiso de Texas de asegurar nuestra frontera sur y defender el Estado de Derecho, por ello, agradezco el apoyo", valoró Abbott.

Gobierno de Arizona

Por su parte, el gobernador de Arizona, el también republicano Ducey, dio "la bienvenida" a este despliegue con entusiasmo, puesto que para él era algo necesario en la región desde hacía mucho tiempo.

"Arizona celebra el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera. Washington ha ignorado este tema durante demasiado tiempo y se necesita ayuda. Para Arizona, se trata de seguridad pública", escribió en su cuenta de Twitter.

Además de Arizona y Texas, hacen frontera con México los estados de Nuevo México y California, cuyos gobernadores aún no se han pronunciado.

Despliegue de Guardia Nacional depende de los Estados

La opinión de los gobernadores es importante porque el cuerpo de voluntarios de la Guardia Nacional está bajo control de los estados, aunque el presidente puede ponerlo bajo su mando en situaciones excepcionales.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristjen Nielsen, aseguró que está en conversación con los gobernadores para conseguir el despliegue de la Guardia Nacional "cuanto antes".

Por otro lado, en el Congreso, Trump recibió el apoyo de uno de los legisladores con mayor peso en la asignación de fondos para la frontera, el republicano por Texas Michael McCaul, que preside el comité de Seguridad Nacional en el Senado.

"Los estadounidenses merecen fronteras seguras y el despliegue de la Guardia Nacional es un paso positivo para proporcionar la seguridad que esta nación ha exigido desde hace mucho tiempo", aseveró en un comunicado McCaul, quien instó a "actuar" a sus compañeros en el Congreso.

Otros legisladores, sin embargo, se mostraron más escépticos con los planes del presidente. Por ejemplo, el legislador demócrata Rubén Gallego, representante de Arizona, consideró que el plan de Trump es simplemente un movimiento político para satisfacer a su base.

"Esto es un insulto a nuestras tropas y dañará a nuestras Fuerzas Armadas como institución", dijo Gallego, que luchó en la guerra de Irak.

La decisión de Trump llega después de días de quejas del presidente contra una caravana de cientos de inmigrantes centroamericanos que se dirigían a Estados Unidos, aunque la Casa Blanca atribuyó la medida al aumento en la llegada de indocumentados al país desde febrero.

Los gobernadores de Texas y Arizona, estados fronterizos de Estados Unidos con México, respaldaron la decisión del presidente Donald Trump de desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur del país.

Tanto el gobernador de Arizona, Doug Ducey, como el de Texas, Greg Abbott, celebraron la decisión de Trump como una medida "necesaria" para detener el flujo "masivo" de migrantes hacia el país con la intención exclusivamente, según sus palabras, de mantener la seguridad de sus comunidades.

Gobierno de Texas

Abbott, del Partido Republicano, aseguró en un comunicado que desde que llegó al poder en enero de 2015 siempre ha mantenido "una presencia continua" de la Guardia Nacional, junto con soldados permanentes del Departamento de Seguridad Pública, en el área fronteriza, pero que toda ayuda es recibida con agrado.

"La acción de hoy de la Administración Trump refuerza el compromiso de Texas de asegurar nuestra frontera sur y defender el Estado de Derecho, por ello, agradezco el apoyo", valoró Abbott.

Gobierno de Arizona

Por su parte, el gobernador de Arizona, el también republicano Ducey, dio "la bienvenida" a este despliegue con entusiasmo, puesto que para él era algo necesario en la región desde hacía mucho tiempo.

"Arizona celebra el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera. Washington ha ignorado este tema durante demasiado tiempo y se necesita ayuda. Para Arizona, se trata de seguridad pública", escribió en su cuenta de Twitter.

Además de Arizona y Texas, hacen frontera con México los estados de Nuevo México y California, cuyos gobernadores aún no se han pronunciado.

Despliegue de Guardia Nacional depende de los Estados

La opinión de los gobernadores es importante porque el cuerpo de voluntarios de la Guardia Nacional está bajo control de los estados, aunque el presidente puede ponerlo bajo su mando en situaciones excepcionales.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristjen Nielsen, aseguró que está en conversación con los gobernadores para conseguir el despliegue de la Guardia Nacional "cuanto antes".

Por otro lado, en el Congreso, Trump recibió el apoyo de uno de los legisladores con mayor peso en la asignación de fondos para la frontera, el republicano por Texas Michael McCaul, que preside el comité de Seguridad Nacional en el Senado.

"Los estadounidenses merecen fronteras seguras y el despliegue de la Guardia Nacional es un paso positivo para proporcionar la seguridad que esta nación ha exigido desde hace mucho tiempo", aseveró en un comunicado McCaul, quien instó a "actuar" a sus compañeros en el Congreso.

Otros legisladores, sin embargo, se mostraron más escépticos con los planes del presidente. Por ejemplo, el legislador demócrata Rubén Gallego, representante de Arizona, consideró que el plan de Trump es simplemente un movimiento político para satisfacer a su base.

"Esto es un insulto a nuestras tropas y dañará a nuestras Fuerzas Armadas como institución", dijo Gallego, que luchó en la guerra de Irak.

La decisión de Trump llega después de días de quejas del presidente contra una caravana de cientos de inmigrantes centroamericanos que se dirigían a Estados Unidos, aunque la Casa Blanca atribuyó la medida al aumento en la llegada de indocumentados al país desde febrero.

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