Grecia abrió el sábado otros dos de sus nuevos campamentos "cerrados" para alojar inmigrantes, instalaciones criticadas por grupos de derechos humanos debido a sus medidas restrictivas.
"Comienza una nueva era", dijo el ministro de Migración, Notis Mitarachi, al anunciar la apertura de los campamentos en las islas de Leros y Kos. "Las imágenes que todos recordamos de 2015 a 2019 ya son parte del pasado", añadió.
Grecia fue el principal punto por el que entraron en Europa más de un millón de solicitantes de asilo -sobre todo sirios, iraquíes y afganos- en 2015 y sus islas en el mar Egeo son el principal puerto de escala de las personas que llegan a través de Turquía en busca de una vida mejor en Europa.
Los campamentos "cerrados" cuentan con vallas de alambre de púas, cámaras de vigilancia, escáneres de rayos X y puertas magnéticas que permanecen cerradas por la noche. También poseen agua corriente, aseos y más seguridad, lo que no existía en las anteriores instalaciones, tristemente famosas por sus condiciones de vida.
Grecia inauguró el primer campamento de este tipo en la isla de Samos en septiembre y tiene previsto abrir otros dos, en las islas de Lesbos y Quíos.