Las autoridades de Hong Kong redujeron hoy de cincuenta a cuatro personas el límite máximo para reuniones y anunciaron el cierre de bares y establecimientos de ocio nocturno tras la aparición de una tercera oleada de contagios del coronavirus en la ciudad.
La jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, compareció en una rueda de prensa en la que explicó las nuevas medidas, que se toman después de que este lunes se registrasen 41 casos locales, de los que 20 son de origen desconocido.
Los temores a una tercera oleada aumentaron en el territorio semiautónomo chino la semana pasada, cuando se confirmaron 211 casos, de los que 143 se produjeron por transmisión local y, en ese grupo, no se pudo determinar el origen de un 31 %.
Asimismo, se teme que el regreso a Hong Kong de personas provenientes de otros países pueda agravar este rebrote: aparte de los 41 contagios locales registrados hoy, otros once fueron detectados en este tipo de pacientes.
Lam anunció que no se podrá entrar a Hong Kong desde zonas de riesgo sin aportar un certificado de resultado negativo en una prueba del coronavirus.
A partir de este miércoles, se limitará también a cuatro el número de personas que se pueden sentar en una misma mesa en un restaurante, y por las noches (entre las 6 de la tarde y las 5 de la mañana del día siguiente) no se podrá comer en ellos sino que solo podrán servir comida para llevar.
También se cerrarán de nuevo -al principio durante siete días, tras lo que se revisará la situación- bares, establecimientos de ocio nocturno, karaokes y salones recreativos, entre otros, y se obligará a llevar mascarilla en el transporte público.
Por último, Lam pidió a las empresas del sector privado que faciliten el teletrabajo para evitar riesgos de contagio.
A mediados de junio, cuando la situación parecía relativamente bajo control, se levantaron todas las limitaciones en los restaurantes y se fijó en cincuenta el número máximo de personas que podían reunirse.
Pero, ante esta tercera oleada, la semana pasada el Gobierno recuperó algunas de las medidas de distanciamiento social, limitando el número de personas en una misma mesa a ocho y aumentando el número de pruebas realizadas a unos 400.000 trabajadores del transporte público, de los comercios minoristas y de las residencias de ancianos.
Así pues, el objetivo es aumentar el número de test llevados a cabo -con énfasis en hallar los casos asintomáticos-, para lo que se invertirán millones de dólares hongkoneses.
Las autoridades locales están siguiendo, entre otros casos, a un paciente que recibió una transfusión de sangre donada por una persona que poco después entró en la lista de contagios confirmados.
Algunos expertos hongkoneses pidieron recientemente volver a aplicar las medidas más restrictivas, especialmente debido a que no se está pudiendo determinar el origen de muchos de los casos, lo que eleva el riesgo de un rebrote a gran escala.
En la vecina Macao, el Gobierno ya está obligando a cualquier persona que quiera cruzar desde Hong Kong el puente que une ambas excolonias a aportar un certificado médico que demuestre que ha dado negativo en una prueba del coronavirus. EFE
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