Los hospitales y los proveedores de telecomunicaciones de Haití advirtieron que sus servicios podrían interrumpirse debido a la escasez de combustible causada por el creciente control de las bandas criminales sobre la capital, Puerto Príncipe.
Es "probable que se pierdan vidas" si los suministros de combustible no llegan a los hospitales de inmediato, advirtió el coordinador humanitario en funciones de la ONU en el país, Pierre Honnorat, en un comunicado publicado el domingo.
Una asociación de hospitales privados de Haití, que proporciona más del 70% de la atención hospitalaria y de emergencia a la población, dijo que lanzaba "un grito de alarma al gobierno".
"Con esta escasez de combustible, la continuidad de los servicios vitales de 40 hospitales a sectores enteros de la población está amenazada. Los más pobres pueden pagarlo muy caro", dijo la asociación el domingo.
La misma preocupación expresó la ONG internacional Médicos sin Fronteras, presente en Haití desde hace 30 años.
"Si la situación continúa, el hospital de traumatología/quemaduras de Tabarre, en Puerto Príncipe, que recibe una media de 155 pacientes al mes, podría tener que reducir sus actividades y restringir sus criterios de admisión en los próximos días", dijo MSF.
Las bandas que controlan gran parte de Puerto Príncipe han bloqueado las carreteras que conducen a las terminales petroleras, impidiendo el suministro regular de las gasolineras desde hace varios meses.
La situación ya está provocando el cierre de los servicios de telecomunicaciones móviles, cuyas antenas se alimentan de generadores.
"Más de 300 emplazamientos de los 1.500 de Digicel están afectados por la escasez de combustible", dijo Jean-Philippe Brun, director de operaciones de la compañía telefónica, que controla el 75% del mercado haitiano.
Las escuelas y los comercios cerraron el lunes en la capital haitiana, y las calles, habitualmente congestionadas por el tráfico, estaban desiertas tras la convocatoria de una huelga por parte de los sindicatos del transporte público para protestar contra la creciente inseguridad.
Desde el verano boreal, las bandas armadas han aumentado el número de secuestros en todo el país.
Una de las bandas más poderosas del país exige 17 millones de dólares de rescate para liberar a un grupo de misioneros y sus familias - 16 ciudadanos estadounidenses y un canadiense - que fueron secuestrados el 16 de octubre al este de Puerto Príncipe.