La República de Irlanda se encontraba este lunes al borde de un segundo confinamiento nacional, después de que los asesores médicos del gobierno aconsejaran imponer restricciones más estrictas para frenar una segunda ola de coronavirus.
El equipo de emergencias de la sanidad pública irlandesa recomendó el domingo por la noche que todo el país pase al nivel más elevado de restricciones, que implica medidas similares a las tomadas durante el confinamiento de marzo.
Los miembros de la coalición gubernamental, en el poder desde junio, se reunirán el lunes con el director médico para analizar esta recomendación que pone al ejecutivo en una posición muy difícil.
Desde el inicio de la pandemia, el gobierno irlandés siguió firmemente las directrices científicas en la lucha contra el coronavirus, lo que por ejemplo le llevó a imponer restricciones a los viajes internacionales de las más estrictas dentro de la Unión Europea.
Ahora, si no acepta imponer duras medidas será considerado responsable de nuevas infecciones y muertes. Pero, decretar un nuevo confinamiento es una decisión políticamente difícil, impopular entre la opinión pública y económicamente devastadora.
Israel se convirtió en septiembre en el primer país en decretar un segundo confinamiento nacional, cuando registraba 1.692 muertes y 265.086 contagios, en una población de casi 9 millones.
Ahora Irlanda, con menos de 5 millones de habitantes, suma según datos oficiales del domingo 1.810 muertes confirmadas por covid-19 y 38.032 casos.
Tras haber alcanzado un máximo diario de 77 fallecimientos en abril, el número de nuevas muertes por coronavirus en Irlanda sigue siendo bajo, pero los contagios se disparan como en el resto de Europa.
Partes del país, entre ellas la capital Dublín, ya se encuentran bajo importantes restricciones.