Militares estadounidenses derribaron este lunes dos drones armados que apuntaban contra tropas de la coalición antiyihadista en el aeropuerto de Bagdad, en el segundo aniversario del asesinato del general iraní Qasem Soleimani y de su teniente iraquí por parte de Estados Unidos.
El 3 de enero de 2020, por orden del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, un dron atacó el vehículo en el que viajaba Qasem Soleimani, artífice de la estrategia iraní en Oriente Medio.
Junto a él, se encontraba Abu Mehdi al Muhandis, número 2 del Hashd al Shaabi, una coalición de facciones armadas pro-Irán que en la actualidad forma parte del ejército iraquí.
El ataque de este lunes, ocurrido alrededor de las 04H30 (01H30 GMT) no fue reivindicado por el momento.
"Dos drones armados apuntaron contra el aeropuerto de Bagdad esta mañana", donde una base militar alberga "tropas de la coalición, que no tienen ningún papel de combate", indicó a la AFP un responsable de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.
"Las baterías de defensa C-RAM [...] los interceptaron y fueron derribados sin problemas", añadió la fuente, que pidió el anonimato.
Según él, las tropas desplegadas en esa base se encargan de misiones de "logística", de "los contratistas y del personal civil".
- "Operaciones de venganza" -
Unas imágenes, facilitadas a la AFP por la misma fuente, muestran los restos de uno de los proyectiles. Un trozo de metal negro lleva la inscripción "Operaciones de venganza de los comandantes".
"Los iraquíes abrieron una investigación", precisó el responsable. "No hay daños pero se trata de un aeropuerto civil, lanzar este tipo de ataques es algo muy peligroso".
En los últimos meses, decenas de cohetes y de drones armados han apuntado contra las tropas y los intereses de Estados Unidos en Irak. De forma sistemática, Washington ha imputado esos ataques, nunca reivindicados, a las facciones iraquíes pro-Irán.
Sin embargo, en las últimas semanas el número de incidentes de este tipo ha disminuido.
Las facciones pro-Irán han reclamado sin cese la retirada total de las tropas estadounidenses desplegadas en Irak en el marco de la coalición internacional antiyihadista.
El sábado, los dirigentes del Hashd al Shaabi volvieron a exigir esa retirada ante miles de manifestantes concentrados en el centro de Bagdad con motivo del segundo aniversario del asesinato de Soleimani.
Y este lunes, dos años después de su muerte, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, amenazó a los antiguos dirigentes estadounidenses, entre ellos Donald Trump, con vengarse de "sus horribles crímenes".
Raisi se dirigió a miles de personas en la mayor sala de oración de Teherán, durante un homenaje al general.
En Israel, el principal rival de Irán, la página web en inglés del Jerusalem Post y la cuenta de Twitter en hebreo del diario Maariv, fueron pirateados con amenazas al Estado.
- "Entender el mensaje" -
"Deberían haber entendido los mensajes que les enviaron los héroes de la resistencia en Irak: con sus armas, sus drones, sus misiles inteligentes, han llegado hasta ustedes por todas partes en territorio iraquí", advirtió el sábado Qais al Khazali, jefe de una de las principales facciones del Hashd al Shaabi, llamada Asaib Ahl al Haq, aludiendo a los estadounidenses.
"Deberían haber entendido que no pueden continuar ocupando este país", lanzó.
El jefe del Hezbolá chiita libanés Hasan Nasrallah pidió el lunes en un discurso televisado la salida de las fuerzas estadounidenses de Irak.
Consideró que su "permanencia es un nuevo asesinato de Qasem Soleimani, Abu Mehdi al Muhandis y todos los mártires que estaban con ellos".
El 9 de diciembre, Irak anunció el "fin de la misión de combate" de la coalición, que cuenta con unos 2.500 militares estadounidenses y un millar de soldados de los otros países miembros de la alianza, repartidos en tres bases controladas por las fuerzas iraquíes.
Desde hace más de un año, esas tropas extranjeras cumplen con labores de formación y asesoramiento, tras haber ayudado a las fuerzas iraquíes a combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Este lunes, en Nayaf, ciudad santa del chiismo situada en el sur de Irak, centenares de personas asistieron a un funeral simbólico, desfilando hasta la tumba de Abu Mehdi al Muhandis. La víspera, en el aeropuerto de Bagdad, se había celebrado una vigilia con velas.