El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que la alianza militar no protagonizará una "nueva guerra fría" con China, pero defendió el refuerzo de las capacidades del bloque de adaptarse a los desafíos que presenta el gigante asiático.
"China no es nuestro adversario, nuestro enemigo. No habrá una nueva guerra fría con China, pero debemos enfrentar los desafíos planteados por China a nuestra seguridad", dijo Stoltenberg al llegar a la sede de la OTAN para una cumbre de líderes de la alianza.
Stoltenberg dirigirá en la jornada una reunión con todos los jefes de gobierno de los países de la OTAN, incluyendo al estadounidense Joe Biden, cuyo gobierno parece empeñado en recomponer relaciones después de las tensiones durante la gestión de su antecesor, Donald Trump.
Los líderes de la OTAN deberán emitir un extenso comunicado conjunto puntualizando las coincidencias y prioridades de la alianza militar.
El gobierno de Biden considera a China una prioridad de su política externa, tanto en materia comercial como de defensa, aunque los líderes europeos están claramente más preocupados con Rusia que con el crecimiento chino.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Jake Sullivan, adelantó el domingo que la declaración final de la cumbre de la OTAN mencionará a China pero que sin un lenguaje "incendiario".
"Será claro, directo y sin vueltas", afirmó el funcionario estadounidense.
En una cumbre que marca la reaproximación de Estados Unidos a la poderosa alianza militar, la agenda incluye también una discusión sobre el futuro de la presencia de la OTAN en Afganistán, las relaciones con Turquía, el aporte financiero de los países miembros y los nuevos desafíos globales en materia de ciberseguridad.