/ martes 23 de junio de 2020

Libro de Bolton llega hoy a librerías de Estados Unidos

Tras los intentos frustrados de la Casa Blanca de impedir su publicación, y el extenso capítulo que dedica a la estrategia estadounidense en Venezuela

El libro que publica este martes John Bolton, el exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, describe una política confusa y vacilante hacia Venezuela, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleno de dudas sobre su respaldo a Juan Guaidó y la eficacia de la estrategia.

"The Room Where It Happened: A White House Memoir" (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca), como se titulan las memorias del polémico exasesor de Trump, llega este martes a las librerías de EE. UU. tras los intentos frustrados de la Casa Blanca de impedir su publicación, y el extenso capítulo que dedica a la estrategia estadounidense en Venezuela comienza con un duro veredicto.

"Fracasamos a la hora de cumplir el estándar" necesario para hacer frente a la crisis política en Venezuela, escribe Bolton, quien cree que a Washington le faltó la "persistencia" y la presión "coherente, sin cuartel e implacable" que podrían haber resultado en el derribo del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

REPARTO DE CULPAS SIN AUTOCRÍTICA

"El presidente dudó y titubeó, lo que exacerbó los desacuerdos internos del Gobierno en lugar de resolverlos, e impidió repetidamente nuestros intentos de poner en práctica una política", añade Bolton, según una copia de su libro revisada por Efe.

El exasesor no solo culpa de ese fracaso a Trump, sino también a la reticencia a imponer sanciones de su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y a las "trabas burocráticas" del Departamento de Estado; pero apenas ejerce la autocrítica, a pesar de que la política hacia Venezuela estaba principalmente en sus manos.

Bolton, una de las figuras más conservadoras de Washington, asesoró a Trump entre marzo de 2018 y hasta que el mandatario le despidió en septiembre de 2019, un periodo en el que puso a la Casa Blanca en pie de guerra contra lo que definió como una "troika de la tiranía" en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

"El Gobierno de Trump tenía enfrente una avalancha de facturas por pagar en Latinoamérica, y no estaba preparado para manejarlas", afirma Bolton respecto a la "creciente influencia rusa, china, iraní y cubana en el continente" y a su deseo de reactivar la doctrina Monroe, que atribuía derechos unilaterales a EE. UU. en la región.

El asesor de Trump encontró una excusa para desarrollar esa prioridad en agosto de 2018, cuando el mandatario le pidió durante una reunión que se centrara en derribar a Maduro y agregó: "Esta es la quinta vez que lo he pedido (a mi Gobierno)".

VENEZUELA "ES PARTE DE EE. UU."

Trump acompañó esa petición de lenguaje bélico: pidió desarrollar opciones militares y opinó que debería quedarse con Venezuela porque "en realidad es parte de EE. UU.", según Bolton, a quien el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca John Kelly le advirtió de que al mandatario le parecería "cool" invadir el país.

Esa amenaza de Trump de intervenir en Venezuela, que el mandatario ya había expresado públicamente un año antes, y su presunta impaciencia por lograr una victoria en ese país contrastaba con su "periódica" solicitud de concertar una reunión con Maduro, una idea que su equipo consideraba contraproducente.

El mandatario rescató esa idea esta semana en una entrevista con el portal Axios, pero después matizó en un tuit que solo se reuniría con Maduro para negociar su "salida pacífica del poder".

Trump también ha dado recientemente señales de frialdad hacia Guaidó, y el libro de Bolton retrata a un presidente lleno de dudas sobre la idea de respaldar a ese líder opositor como presidente interino de Venezuela, algo que Estados Unidos hizo el 23 de enero de 2019.

DUDAS SOBRE GUAIDÓ, INTERÉS EN EL PETRÓLEO

El 21 de enero, Bolton trató de persuadir a Trump de respaldar a Guaidó en cuanto se declarara presidente; pero el mandatario "dudaba de que Maduro fuera a caer, y dijo que era 'demasiado listo y demasiado duro'", lo que contradecía su afirmación pública de que el chavismo "podría ser derribado muy rápidamente por los militares".

Al día siguiente, Trump pidió "garantías respecto a quién tendría acceso a los recursos petroleros de Venezuela en la era pos-Maduro", algo que Bolton consideró una "extralimitación" impropia de un Gobierno democrático como el de Estados Unidos.

Fue una delegación de congresistas la que convenció finalmente a Trump de "respaldar inequívocamente a Guaidó", pero el mandatario tuvo dudas sobre su decisión solo 30 horas después de anunciarla.

"No me gusta dónde estamos. El Ejército entero le respalda (a Maduro). Siempre he dicho que Maduro es duro. Este niño (Guaidó), nadie ha oído hablar de él", dijo Trump a Bolton el 24 de enero.

EL "PROBLEMA" DEL ANILLO DE MATRIMONIO

Esa impresión de Trump fue reforzándose con el tiempo, y un detalle aparentemente nimio se convirtió en una fijación: la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, no llevaba una alianza de matrimonio cuando visitó la Casa Blanca el 27 de marzo.

Para Trump, eso se convirtió en una prueba de que Guaidó era "débil", y a menudo se refería al "problema" del anillo en sus conversaciones con Bolton, además de apodar al líder opositor como "el Beto O'Rourke de Venezuela", en referencia a un excongresista demócrata que perdió su batalla por el Senado y la Casa Blanca.

El presidente ruso, Vladímir Putin, se aprovechó de esa coyuntura al comparar a Guaidó con la rival electoral de Trump en 2016, Hillary Clinton, por su presunto intento ilegítimo de acceder al poder, durante una llamada telefónica en mayo que convenció al mandatario de congelar la imposición de nuevas sanciones a Maduro.

"UN SALVAVIDAS" PARA MADURO

Para Bolton, sin embargo, el fracaso de la política hacia Venezuela no solo se debió a Trump, sino a los desacuerdos internos en el Gobierno que ralentizaron las decisiones sobre sanciones y "equivalieron a darle un salvavidas a Maduro".

"Nuestra lentitud y falta de agilidad eran como regalos del cielo para el régimen de Maduro y sus apoyos cubanos y rusos (...). Era doloroso verlo", sostiene.

El exasesor expresa su "frustración" por el descalabro del levantamiento militar encabezado por Guaidó el 30 de abril, que Washington no esperaba hasta más tarde y que se "adelantó", según Bolton, porque Cuba se enteró de los planes de la oposición.

Bolton atribuye el fracaso del plan a la influencia cubana, "la cobardía de varios líderes" chavistas "que prometieron actuar pero se echaron atrás a última hora" y "algunos errores tácticos de la oposición", pero también a la decisión de Trump de "cerrar la embajada en Caracas", que privó a EE. UU. de "ojos" sobre el terreno.

EL MISTERIO DE LAS "5.000 TROPAS A COLOMBIA"

Además, Bolton resuelve el misterio de la frase "5.000 tropas a Colombia" que escribió en un bloc de notas con el que compareció ante la prensa en enero de 2019: "(Trump) preguntó si deberíamos enviar cinco mil tropas a Colombia por si las necesitábamos, y yo lo escribí en un cuaderno para preguntar después al Pentágono".

"'Ve a divertirte con la prensa', me dijo entonces Trump", recuerda Bolton, quien deja entrever que el mandatario se refería a la rueda de prensa que ya estaba programada y no a una exhibición intencionada de la frase sobre las tropas.

El libro que publica este martes John Bolton, el exasesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, describe una política confusa y vacilante hacia Venezuela, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleno de dudas sobre su respaldo a Juan Guaidó y la eficacia de la estrategia.

"The Room Where It Happened: A White House Memoir" (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca), como se titulan las memorias del polémico exasesor de Trump, llega este martes a las librerías de EE. UU. tras los intentos frustrados de la Casa Blanca de impedir su publicación, y el extenso capítulo que dedica a la estrategia estadounidense en Venezuela comienza con un duro veredicto.

"Fracasamos a la hora de cumplir el estándar" necesario para hacer frente a la crisis política en Venezuela, escribe Bolton, quien cree que a Washington le faltó la "persistencia" y la presión "coherente, sin cuartel e implacable" que podrían haber resultado en el derribo del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

REPARTO DE CULPAS SIN AUTOCRÍTICA

"El presidente dudó y titubeó, lo que exacerbó los desacuerdos internos del Gobierno en lugar de resolverlos, e impidió repetidamente nuestros intentos de poner en práctica una política", añade Bolton, según una copia de su libro revisada por Efe.

El exasesor no solo culpa de ese fracaso a Trump, sino también a la reticencia a imponer sanciones de su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y a las "trabas burocráticas" del Departamento de Estado; pero apenas ejerce la autocrítica, a pesar de que la política hacia Venezuela estaba principalmente en sus manos.

Bolton, una de las figuras más conservadoras de Washington, asesoró a Trump entre marzo de 2018 y hasta que el mandatario le despidió en septiembre de 2019, un periodo en el que puso a la Casa Blanca en pie de guerra contra lo que definió como una "troika de la tiranía" en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

"El Gobierno de Trump tenía enfrente una avalancha de facturas por pagar en Latinoamérica, y no estaba preparado para manejarlas", afirma Bolton respecto a la "creciente influencia rusa, china, iraní y cubana en el continente" y a su deseo de reactivar la doctrina Monroe, que atribuía derechos unilaterales a EE. UU. en la región.

El asesor de Trump encontró una excusa para desarrollar esa prioridad en agosto de 2018, cuando el mandatario le pidió durante una reunión que se centrara en derribar a Maduro y agregó: "Esta es la quinta vez que lo he pedido (a mi Gobierno)".

VENEZUELA "ES PARTE DE EE. UU."

Trump acompañó esa petición de lenguaje bélico: pidió desarrollar opciones militares y opinó que debería quedarse con Venezuela porque "en realidad es parte de EE. UU.", según Bolton, a quien el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca John Kelly le advirtió de que al mandatario le parecería "cool" invadir el país.

Esa amenaza de Trump de intervenir en Venezuela, que el mandatario ya había expresado públicamente un año antes, y su presunta impaciencia por lograr una victoria en ese país contrastaba con su "periódica" solicitud de concertar una reunión con Maduro, una idea que su equipo consideraba contraproducente.

El mandatario rescató esa idea esta semana en una entrevista con el portal Axios, pero después matizó en un tuit que solo se reuniría con Maduro para negociar su "salida pacífica del poder".

Trump también ha dado recientemente señales de frialdad hacia Guaidó, y el libro de Bolton retrata a un presidente lleno de dudas sobre la idea de respaldar a ese líder opositor como presidente interino de Venezuela, algo que Estados Unidos hizo el 23 de enero de 2019.

DUDAS SOBRE GUAIDÓ, INTERÉS EN EL PETRÓLEO

El 21 de enero, Bolton trató de persuadir a Trump de respaldar a Guaidó en cuanto se declarara presidente; pero el mandatario "dudaba de que Maduro fuera a caer, y dijo que era 'demasiado listo y demasiado duro'", lo que contradecía su afirmación pública de que el chavismo "podría ser derribado muy rápidamente por los militares".

Al día siguiente, Trump pidió "garantías respecto a quién tendría acceso a los recursos petroleros de Venezuela en la era pos-Maduro", algo que Bolton consideró una "extralimitación" impropia de un Gobierno democrático como el de Estados Unidos.

Fue una delegación de congresistas la que convenció finalmente a Trump de "respaldar inequívocamente a Guaidó", pero el mandatario tuvo dudas sobre su decisión solo 30 horas después de anunciarla.

"No me gusta dónde estamos. El Ejército entero le respalda (a Maduro). Siempre he dicho que Maduro es duro. Este niño (Guaidó), nadie ha oído hablar de él", dijo Trump a Bolton el 24 de enero.

EL "PROBLEMA" DEL ANILLO DE MATRIMONIO

Esa impresión de Trump fue reforzándose con el tiempo, y un detalle aparentemente nimio se convirtió en una fijación: la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, no llevaba una alianza de matrimonio cuando visitó la Casa Blanca el 27 de marzo.

Para Trump, eso se convirtió en una prueba de que Guaidó era "débil", y a menudo se refería al "problema" del anillo en sus conversaciones con Bolton, además de apodar al líder opositor como "el Beto O'Rourke de Venezuela", en referencia a un excongresista demócrata que perdió su batalla por el Senado y la Casa Blanca.

El presidente ruso, Vladímir Putin, se aprovechó de esa coyuntura al comparar a Guaidó con la rival electoral de Trump en 2016, Hillary Clinton, por su presunto intento ilegítimo de acceder al poder, durante una llamada telefónica en mayo que convenció al mandatario de congelar la imposición de nuevas sanciones a Maduro.

"UN SALVAVIDAS" PARA MADURO

Para Bolton, sin embargo, el fracaso de la política hacia Venezuela no solo se debió a Trump, sino a los desacuerdos internos en el Gobierno que ralentizaron las decisiones sobre sanciones y "equivalieron a darle un salvavidas a Maduro".

"Nuestra lentitud y falta de agilidad eran como regalos del cielo para el régimen de Maduro y sus apoyos cubanos y rusos (...). Era doloroso verlo", sostiene.

El exasesor expresa su "frustración" por el descalabro del levantamiento militar encabezado por Guaidó el 30 de abril, que Washington no esperaba hasta más tarde y que se "adelantó", según Bolton, porque Cuba se enteró de los planes de la oposición.

Bolton atribuye el fracaso del plan a la influencia cubana, "la cobardía de varios líderes" chavistas "que prometieron actuar pero se echaron atrás a última hora" y "algunos errores tácticos de la oposición", pero también a la decisión de Trump de "cerrar la embajada en Caracas", que privó a EE. UU. de "ojos" sobre el terreno.

EL MISTERIO DE LAS "5.000 TROPAS A COLOMBIA"

Además, Bolton resuelve el misterio de la frase "5.000 tropas a Colombia" que escribió en un bloc de notas con el que compareció ante la prensa en enero de 2019: "(Trump) preguntó si deberíamos enviar cinco mil tropas a Colombia por si las necesitábamos, y yo lo escribí en un cuaderno para preguntar después al Pentágono".

"'Ve a divertirte con la prensa', me dijo entonces Trump", recuerda Bolton, quien deja entrever que el mandatario se refería a la rueda de prensa que ya estaba programada y no a una exhibición intencionada de la frase sobre las tropas.

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