El presidente de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, que enfrenta protestas inéditas en su país, acusó este viernes a los occidentales de querer derrocarlo con el fin de debilitar a Rusia.
Para Occidente, "Bielorrusia es sólo un trampolín hacia Rusia, como siempre", dijo, según la agencia de prensa estatal Belta.
"A diferencia de Hitler que envió a su ejército sobre Moscú, ellos buscan romper el poder en el lugar, reemplazarlo por un nuevo que pedirá ayuda militar a otro país y desplegará tropas", añadió.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el jueves estar listo para enviar hombres a Bielorrusia si degeneraban las protestas contra la controvertida reelección de Lukashenko del 9 de agosto.
Lukashenko había acusado en julio a Moscú de buscar someter a su país, enviar mercenarios para desestabilizarlo e interferir en las elecciones. Pero confrontado a manifestaciones sin precedentes, buscó la ayuda de Putin, cambiando su discurso para acusar a los países europeos.
El presidente bielorruso dijo también este viernes que impondrá sanciones contra Polonia y Lituania, que expresaron su apoyo a los manifestantes y acusaron a su gobierno de fraude electoral y violencia policial.
Decenas de miles de bielorrusos han salido a las calles desde hace tres semanas contra lo que consideran una fraudulenta reelección de Lukashenko, y afirman que quien ganó fue la opositora Svetlana Tijanóvskaya, ahora refugiada en Lituania.
La represión contra los manifestantes en los días posteriores a las elecciones dejaron tres muertos, decenas de heridos y más de 7.000 detenidos.