Roma, (Notimex).- Más de 600 personas, entre ellas recién nacidos y niños, murieron ahogadas o están desaparecidas en su intento por atravesar el mar Mediterráneo en las últimas cuatro semanas, cuando se impidió a naves de organizaciones humanitarias patrullar la zona, denunció Médicos Sin Fronteras (MSF).
En un comunicado, el organismo humanitario dijo que esa cifra representa apenas la mitad de los decesos registrados en el mar durante este año.
La organización apuntó que las muertes ocurrieron cuando ya no había naves de socorro de las organizaciones no gubernamentales (ONG) activas en el Mediterráneo.
Recordó que hace un mes las autoridades italianas impidieron a la nave Aquarius, manejada por MSF y SOS Mediterranee, desembarcar a 630 personas rescatadas en alta mar, mientras otras embarcaciones han sufrido también obstáculos por parte de Estados europeos.
“Las decisiones políticas de Europa en las últimas semanas han tenido consecuencias letales. Fue tomada la decisión a sangre fría de dejar ahogar a hombres, mujeres y niños en el Mediterráneo. Es vergonzoso e inaceptable”, declaró Karline Kleijer, responsable de emergencias de MSF.
Dijo que en vez de obstaculizar deliberadamente una asistencia médica y humanitaria salvavidas de personas en peligro, los gobiernos europeos deberían activar un sistema dedicado a la búsqueda y socorro en el Mediterráneo central.
La organización recordó que las naves humanitarias que patrullan aguas internacionales entre Malta, Italia y Libia han sido acusadas por los políticos europeos de ser un factor de atracción.
Sin embargo destacó que recientes sucesos demuestran que las personas desesperadas siguen escapando de Libia, independientemente de la presencia o no de naves de socorro.
“Violencia, pobreza y conflictos continúan impulsando a las personas a poner en riesgo su propia vida y la de los propios niños”, agregó.
Denunció que los gobiernos europeos están “plenamente conscientes de los alarmantes niveles de violencia y explotación sufridos por refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en Libia, pero están determinados a impedir a cualquier costo la llegada de las personas a Europa”.
“Un componente clave de la estrategia para cerrar el Mediterráneo es la de equipar, formar y apoyar a la Guardia Costera libia para interceptar a las personas en el mar y regresarlas a Libia, pese a que las naves libias no pueden llevar legalmente a las personas al país africano porque este no es reconocido como puerto seguro", indicó.
Según MSF, las personas rescatadas en aguas internacionales del Mediterráneo no deben ser regresadas a la nación africana, sino a un puerto seguro, como lo prevé el derecho internacional y marítimo.
Dijo que en 2018 la Guardia Costera libia apoyada por la Unión Europea ha interceptado a unas 10 mil personas, llevándolas a centros de detención en el país africano sin considerar las consecuencias para su vida y su salud.
“Delegar a la Guardia Costera libia toda la responsabilidad de la búsqueda y socorro en el Mediterráneo causará solamente más muertos”, advirtió.
Resaltó que se acerca el período de mayores salidas de inmigrantes desde Libia, por lo que salvar vidas debe ser la prioridad más urgente, pues traficantes sin escrúpulos continúan poniendo en peligro la vida de las personas al usar barcazas precarias e inadecuadas para la travesía.
Dijo que debe existir un sistema adecuadamente equipado y plenamente operativo para salvar vidas humanas en el Mediterráneo y que hasta que el mismo no esté activo, las naves de socorro humanitarias tienen un papel vital para dar asistencia a las personas en el mar y prevenir muertes.
“Las ONG deberían poder utilizar los puertos seguros más cercanos para las operaciones de socorro”, señaló.
Sophie Beau, vicepresidente de SOS Mediterranee, denunció que la decisión política de impedir el desembarco de personas auxiliadas en el mar y la confusión total creada en el Mediterráneo central, han aumentado la mortalidad en la ruta migratoria más letal del mundo.
“Europa tiene la responsabilidad de estas muertes en su propia consciencia. Los gobiernos europeos deben actuar inmediatamente y garantizar que el derecho internacional, marítimo y humanitario, que establece la obligación del socorro en el mar, sea plenamente respetado”, afirmó.