/ jueves 8 de septiembre de 2022

Mujeres obligadas a permanecer en su pueblo inundado para salvar su "honor" en Pakistán

Hay muy poca comida de reserva. Los habitantes decidieron compartir y racionar el poco trigo y grano que consiguieron salvar de las aguas

Para salvar el "honor" de las mujeres, los cerca de 400 habitantes de Basti Ahmad Din, un pequeño pueblo paquistaní rodeado de campos inundados y accesible solamente en barca tras semanas de lluvias monzónicas, rechazan ser evacuados.

Dejar la casa para refugiarse en un campo para desplazados implicaría que las mujeres se mezclen con hombres que no son de la familia, un ultraje a su "honor", explican los habitantes a la AFP.

Las mujeres de Basti Ahmad Din, en la provincia de Pendjab (centroeste), no han podido participar en esta decisión. "Es decisión de los ancianos del pueblo", contesta Shireen Bibi, de 17 años, cuando se le pregunta si hubiera preferido estar en seguridad en un terreno más seco.

Pakistán sufrió este verano lluvias monzónicas sin precedentes desde hace décadas, que inundaron un tercio del país. En Basti Ahmad Din, más de la mitad de las 90 casas quedaron destruidas.

También se dañaron las cosechas, como las plantas de algodón que rodeaban el pueblo cuando empezaron las lluvias en junio. Ahora yacen podridas en los campos inundados.

- "Una cuestión de honor" -

La barca es el único transporte disponible para salir del pueblo, ya que la carretera de tierra que unía la pequeña localidad con la ciudad más cercana está bajo el agua.

Pero viajar se ha vuelto muy caro. Tras las inundaciones, los propietarios de las barcas aumentaron los precios.

Hay muy poca comida de reserva. Los habitantes decidieron compartir y racionar el poco trigo y grano que consiguieron salvar de las aguas.

Ante esta situación, muchas fueron las organizaciones que instaron a la población a salir de la zona. Sin éxito.

"Somos baluchíes. Los baluchíes no autorizan a sus mujeres a salir", justifica Muhamad Amir, un habitante, en referencia a la etnia dominante del pueblo.

"Los baluchíes prefieren morir de hambre antes que dejar salir a sus familias", insiste.

En el Pakistán rural, a menudo profundamente conservador, un código patriarcal basado en la noción de "honor" rige la vida de las mujeres.

Este limita su libertad de movimiento y sus interacciones con otros hombres que no son de la familia. El código tolera incluso que una mujer sea asesinada por un pariente con el pretexto de que ha mancillado el honor de la familia, a veces simplemente por haber sido vista en compañía de un hombre o por haber elegido a su propio marido.

En situaciones tan desesperadas como las actuales inundaciones, las mujeres pueden verse totalmente privadas de alimentos o cuidados.

En vez de llevar a su familia, los hombres de Basti Ahmad Din realizan cada semana el viaje en barca para obtener ayuda y alimentos.

Los ancianos del pueblo -- todos hombres -- creen que solo es aceptable que las mujeres salgan de la localidad en situaciones de "urgencia", como un grave problema de salud.

Los desastres naturales no son razones válidas. Un anciano, Mureed Hussain, asegura que tampoco fueron evacuadas durante las últimas grandes inundaciones en 2010. "En ese momento no salimos del pueblo", recuerda. "No permitimos que nuestras mujeres salgan. No pueden quedarse en estos campos. Es una cuestión de honor".

Para salvar el "honor" de las mujeres, los cerca de 400 habitantes de Basti Ahmad Din, un pequeño pueblo paquistaní rodeado de campos inundados y accesible solamente en barca tras semanas de lluvias monzónicas, rechazan ser evacuados.

Dejar la casa para refugiarse en un campo para desplazados implicaría que las mujeres se mezclen con hombres que no son de la familia, un ultraje a su "honor", explican los habitantes a la AFP.

Las mujeres de Basti Ahmad Din, en la provincia de Pendjab (centroeste), no han podido participar en esta decisión. "Es decisión de los ancianos del pueblo", contesta Shireen Bibi, de 17 años, cuando se le pregunta si hubiera preferido estar en seguridad en un terreno más seco.

Pakistán sufrió este verano lluvias monzónicas sin precedentes desde hace décadas, que inundaron un tercio del país. En Basti Ahmad Din, más de la mitad de las 90 casas quedaron destruidas.

También se dañaron las cosechas, como las plantas de algodón que rodeaban el pueblo cuando empezaron las lluvias en junio. Ahora yacen podridas en los campos inundados.

- "Una cuestión de honor" -

La barca es el único transporte disponible para salir del pueblo, ya que la carretera de tierra que unía la pequeña localidad con la ciudad más cercana está bajo el agua.

Pero viajar se ha vuelto muy caro. Tras las inundaciones, los propietarios de las barcas aumentaron los precios.

Hay muy poca comida de reserva. Los habitantes decidieron compartir y racionar el poco trigo y grano que consiguieron salvar de las aguas.

Ante esta situación, muchas fueron las organizaciones que instaron a la población a salir de la zona. Sin éxito.

"Somos baluchíes. Los baluchíes no autorizan a sus mujeres a salir", justifica Muhamad Amir, un habitante, en referencia a la etnia dominante del pueblo.

"Los baluchíes prefieren morir de hambre antes que dejar salir a sus familias", insiste.

En el Pakistán rural, a menudo profundamente conservador, un código patriarcal basado en la noción de "honor" rige la vida de las mujeres.

Este limita su libertad de movimiento y sus interacciones con otros hombres que no son de la familia. El código tolera incluso que una mujer sea asesinada por un pariente con el pretexto de que ha mancillado el honor de la familia, a veces simplemente por haber sido vista en compañía de un hombre o por haber elegido a su propio marido.

En situaciones tan desesperadas como las actuales inundaciones, las mujeres pueden verse totalmente privadas de alimentos o cuidados.

En vez de llevar a su familia, los hombres de Basti Ahmad Din realizan cada semana el viaje en barca para obtener ayuda y alimentos.

Los ancianos del pueblo -- todos hombres -- creen que solo es aceptable que las mujeres salgan de la localidad en situaciones de "urgencia", como un grave problema de salud.

Los desastres naturales no son razones válidas. Un anciano, Mureed Hussain, asegura que tampoco fueron evacuadas durante las últimas grandes inundaciones en 2010. "En ese momento no salimos del pueblo", recuerda. "No permitimos que nuestras mujeres salgan. No pueden quedarse en estos campos. Es una cuestión de honor".

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