Sudáfrica fue escenario este lunes de una nueva ola de agresiones xenófobas y pillajes, en los que hubo decenas de detenidos en la capital administrativa, Pretoria, y en Johannesburgo, la ciudad más importante del país a nivel económico.
Centenares de personas, armadas con garrotes y piedras, asaltaron e incendiaron al cabo de varias horas tiendas en el centro de Johannesburgo, un distrito pobre con problemas de seguridad.
La policía intervino lanzando gases lacrimógenos y disparos de balas de goma para dispersar a los asaltantes.
Estos disturbios empezaron el domingo por la noche tras la muerte de tres personas a causa de un incendio en un edificio del centro de la ciudad, cuyo origen se desconoce. Después se propagaron hacia varios puntos de Pretoria, situada a una sesentena de kilómetros de la capital económica del país.
Según la prensa local, varias tiendas de extranjeros, nigerianos ebtre ellos, sufrieron incendios durante la noche en Pretoria.
El ministro de Policía sudafricano, Bheki Cele, consideró que los incidentes se debían sobre todo a la "criminalidad", en lugar de "xenofobia". "La xenofobia sirve como excusa", afirmó tras una visita en varios barrios afectados.
El ministro de Relaciones Exteriores nigeriano, Geoffrey Onyeama, acusó, sin embargo, a los asaltantes de haber escogido como objetivo a tiendas gestionadas por ciudadanos de su país.
Sudáfrica es escenario habitual de agresiones urbanas contra comunidades de inmigrantes, acusados de ser los responsables de las dificultades económicas de un país con un nivel de desocupación del 29%