El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió de un incremento de refugiados afganos en medio de temores crecientes sobre el colapso económico en este país arrasado por la guerra, llamando por una ayuda económica urgente.
"Sin duda, nos arriesgamos a una implosión que causará una afluencia de personas dentro del país, aunque en ese punto también fuera del país, en busca de mejores condiciones de vida", dijo Grandi a periodistas vía video desde Ginebra.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha alertado repetidamente que Afganistán está al borde de la peor crisis humanitaria del mundo.
Se espera que más de la mitad de la población de Afganistán, de 38 millones, enfrenten hambre este invierno, según grupos de ayuda, mientras la economía se tambalea cerca del colapso después del retorno de los talibanes al poder, mientras que la ayuda internacional siga congelada.
Grandi aseguró que la crisis puede, no obstante, evitarse, pero que eso requiere una acción más rápida en términos de implementar sistemas para asegurar que la economía afgana pueda funcionar, que los servicios continúen y que el flujo de efectivo al país se restablezca.
Durante décadas, Irán ha sido destino predilecto de los refugiados afganos que huyen de la guerra y los problemas económicos.
Pese al riesgo de hambruna en Afganistán, Irán ha estado expulsando recientemente a decenas de miles de afganos cada semana, incluyendo aquellos que han estado viviendo allí desde hace mucho.
Según la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), existen 3,4 millones de afganos en Irán, incluyendo cerca de dos millones de migrantes indocumentados y 800.000 refugiados.
Además, unos 3,5 millones de afganos fueron desplazados dentro de su país, muchos de ellos antes de que los talibanes asumieran el poder en agosto, según estimaciones de la ONU.