El papa Francisco pidió "menos armas y más comida, menos hipocresía y más transparencia, más vacunas distribuidas igualitariamente y menos fusiles vendidos neciamente", en un discurso pronunciado este jueves frente al Coliseo de Roma junto a los líderes de diferentes religiones.
Al evento, organizado por el movimiento católico Comunidad de San Egidio y en el que participó también la canciller alemana Angela Merkel, reiteró su llamado a la paz y el rechazo al horror de las guerras modernas.
"Hoy asistimos a la guerra, al hermano que mata al hermano como si fuera un juego que miramos de lejos, indiferentes y convencidos de que nunca nos tocará", dijo.
"El dolor de los otros no nos urge", lamentó el papa, ni siquiera cuando se trata "de los que han caído, de los migrantes, de los niños atrapados en las guerras y privados de la despreocupación de una infancia de juegos".
Al acto asistió la escritora Edith Bruck, que sobrevivió al holocausto nazi, así como Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla, Justin Welby, arzobispo de Canterbury, Pinchas Goldschmidt, presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos y Mohammed Eldwainy, vicario del Gran Imán de al-Azhar, entre otros.
"Les ruego, en nombre de la paz, que en toda tradición religiosa desactivemos la tentación fundamentalista, cualquier insinuación a hacer del hermano un enemigo", instó Francisco.