Río de Janeiro, (Notimex).- Un grupo de organizacionesecologistas brasileñas e internacionales pidieron hoy al gobiernode Brasil se comprometa con la erradicación de la deforestaciónamazónica para fines agrícolas y cumpla con los compromisosderivados del Acuerdo de París.
“No hay más justificaciones para la destrucción nativa delpaís. Continuar la devastación provoca desequilibrio del climaglobal y nacional, afecta a la biodiversidad y recursos hídricos,además de comprometer la salud y bienestar de la población”,señala el documento firmado por ocho organizaciones, entre ellasGreenpeace, WWF y el brasileño Instituto Socioambiental.
La deforestación de la selva amazónica en Brasil superaanualmente los seis mil kilómetros cuadrados y las organizacionesecologistas critican que ello provoca el 26 por ciento de lasemisiones de gases con efecto invernadero del país.
Brasil, séptimo mayor contaminante del mundo, se comprometió areducir sus emisiones de CO2 un 37 por ciento en 2025 respecto alos índices de 2005 y prometió que en 2030 acabaría con ladeforestación ilegal, pero los grupos ecologistas advierten que elpaís podría incumplir sus compromisos.
El estudio, lanzado mientras se celebra la Conferencia de la ONUsobre Cambio Cliático (COP23) en Alemania, pide al gobiernobrasileño que implemente ya políticas públicas para erradicar ladeforestación, que promueva prácticas agropecuarias sostenibles yrestrinja el mercado de productos asociados con ladeforestación.
Así, las organizaciones instan a que las tierras públicas enel Amazonas –que llegan a 70 millones de hectáreas- sean puestasbajo la protección de reservas indígenas o forestales, con elobjetivo de evitar que acaben en manos de especuladores.
“Brasil ya sabe el camino para llegar a la deforestacióncero, pero ha avanzado en dirección opuesta”, dijo CristianeMazzetti, especialista en el Amazonas de Greenpeace Brasil.
“El camino existe, pero es necesario que gobiernos y empresasse comprometan seriamente en transformar las acciones propuestas enel documento en realidad”, agregó.
La mayor selva tropical del planeta, que ocupa más del 50 porciento del territorio brasileño, ha sufrido en los últimos 30años los efectos de esta tala acelerada y corte raso, que vasucedida muchas veces por la quema de los remanentes del bosquepara abrir áreas de pasto para el ganado bovino o la producciónagrícola.
Brasil es el segundo mayor productor de soya del mundo, pordetrás de Estados Unidos, y tiene el mayor rebaño bovinocomercial del planeta, con 215 millones de cabezas, pero estaindustria agropecuaria ha avanzado gracias, en parte, a ladestrucción del Amazonas.