El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el sábado un endurecimiento de las medidas de entrada en su país para frenar la propagación de la variante omicrón del coronavirus, de la que ya se han detectado dos casos en el Reino Unido.
Debido a la nueva variante, "tenemos que establecer un nuevo régimen de pruebas", dijo el líder en una conferencia de prensa, "pediremos a cualquier persona que entre en el Reino Unido que pase una prueba PCR" dos días después de su llegada "y que se aísle hasta que tenga el resultado".
Hasta ahora, sólo se exigía una prueba antigénica dos días después de la llegada de los viajeros, y no se requería aislamiento hasta que se obtuvieran los resultados.
Este cambio se produce cuando las autoridades sanitarias británicas confirmaron el sábado que habían identificado en el Reino Unido "dos casos de covid-19 con mutaciones compatibles con B.1.1.529".
Ambos casos están "relacionados (entre sí) y un viaje al sur de África", precisó el comunicado del ministerio de Salud, publicado ese mismo día.
Uno de ellos fue detectado en la ciudad de Nottingham (centro de Inglaterra) y el otro en Chelmsford (este de Londres), dijeron las autoridades sanitarias.
Con el fin de "reforzar nuestra protección contra esta variante", Boris Johnson anunció el regreso de la máscara en las tiendas, donde ya no eran obligatorias a diferencia de los transportes públicos.
La campaña se "intensificará", añadió, aunque "todavía no sabemos cuál será la eficacia de la vacuna contra la variante omicrón".
Las autoridades sanitarias van a reducir el tiempo necesario entre la segunda y la tercera dosis, así como ampliar los grupos elegibles tanto como sea posible, precisó.
Las medidas adoptadas, que se revisarán cada seis semanas, "son temporales y prudentes", afirmó el primer ministro, calificándolas de "medio de acción responsable para frenar la propagación del virus".