Al menos 40 civiles han muerto por la represión de las manifestaciones contra el golpe de Estado del 25 de octubre en Sudán, tras el fallecimiento, este sábado, de un adolescente que había sido herido tres días antes, informó un sindicato de médicos.
El 25 de octubre, el general Abdel Fattah al Burhan, jefe del ejército y autor del golpe de Estado, puso fin a la tambaleante transición que atravesaba Sudán desde hacía meses.
Ordenó arrestar a casi todos los civiles en el poder, acabó con la unión formada por civiles y militares y decretó el estado de emergencia.
Desde entonces, se han llevado a cabo multitud de protestas contra el ejército, sobre todo en Jartum, en las que se reclama el retorno al poder de un gobierno civil. Unas manifestaciones que, en general, son duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
El miércoles 17 de noviembre fue el día más mortífero, con el deceso de 16 personas, la mayoría en Jartum norte, un suburbio conectado a la capital por un puente sobre el Nilo, según un sindicato de médicos prodemocracia. Una de las víctimas fue alcanzada por una bala y murió este sábado.
"Un joven de 16 años resultó gravemente herido de bala en la cabeza y en la pierna el 17 de noviembre y se convirtió en mártir", declaró el sindicato en un comunicado.
Con este deceso, ya son 40 las personas que han perdido la vida durante o a raíz de las manifestaciones desde el 25 de octubre. La gran mayoría son manifestantes, incluyendo muchos adolescentes.
La policía, que afirma que 89 de sus efectivos resultaron heridos, asegura que nunca ha abierto fuego contra los manifestantes y que sólo hay un muerto y 30 heridos debido al gas lacrimógeno.