A 69 aumentó la cifra de muertos, la mayoría civiles, por la explosión ocurrida el domingo en un almacén de armas ubicada en un edificio residencial en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, según un nuevo balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Entre los fallecidos figuran 52 civiles –incluidos 17 niños y 14 mujeres-, la mayoría originarios de la provincia de Homs, mientras los otros 17 eran combatientes del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), informó el director del OSDH. Rami Abdel Rahman.
Este lunes, los equipos de socorro continúan la búsqueda de posibles sobrevivientes y desaparecidos entre los escombros del inmueble, por lo que el número de víctimas podría elevarse.
Dado que el almacén de municiones, que pertenecía a un traficante de armas, se encontraba en la planta baja del edificio en la localidad de Sarmada, la detonación causó el derrumbe completo del inmueble, por lo que varias personas aún se encuentran bajo los escombros.
Los equipos de rescate de la Defensa Civil, también conocidos como Cascos Blancos, han logrado sacar con vida, aunque con heridas, a 17 personas de debajo de los escombros.
Según el OSDH, el depósito pertenecía a un traficante de armas que trabajaba para Hayat Tahrir Al Sham (HTS), un grupo yihadista formado por el exbrazo sirio de Al Qaeda, que controla la mayor parte de la provincia de Idlib, cerca de la frontera turca.
La provincia de Idlib es el último refugio de la oposición armada siria y el lugar a donde se han dirigido los combatientes y civiles evacuados desde otras regiones que han sido recuperadas por las tropas gubernamentales.
En los últimos días, las fuerzas sirias han intensificado sus bombardeos contra varias localidades controladas por los grupos rebeldes en Idlib y en sus alrededores, en las provincias de Latakia y Alepo.