La Unión Europea (UE) condenó este lunes los ataques del ejército de Birmania contra civiles y aldeas en el estado de Chin y pidió que los responsables "rindan cuentas".
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, reiteró los llamamientos de la UE "para el cese inmediato de todas las hostilidades y el uso desproporcionado de la fuerza observado en los últimos días".
"Las autoridades militares deben garantizar un acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas a todas las personas desplazadas y necesitadas en todas las partes del país", añdió Borrell en un comunicado.
Los últimos ataques en Birmania incluyen "el uso de la tortura, la violencia sexual, la detención arbitraria y la destrucción de propiedades privadas y lugares religiosos, que son violaciones flagrantes de los derechos humanos y el derecho internacional", indicó Borrell.
"La actual concentración militar en la parte central y noroeste del país, incluidas las regiones de Sagaing y Magway, y la escalada de violencia resultante, especialmente en el estado de Chin, son motivo de profunda preocupación", añadió.
El golpe militar del pasado 1 de febrero derrocó por la fuerza al gobierno civil elegido en noviembre de 2020 "en una flagrante violación de la voluntad del pueblo, con desastrosas consecuencias humanitarias, sociales, económicas y de derechos humanos", según la UE.
"El anuncio de prorrogar el estado de emergencia hasta agosto de 2023 bajo la apariencia de un gobierno interino no puede de ninguna manera otorgar legitimidad al régimen militar. La Unión Europea condena enérgicamente las graves violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas de Myanmar desde entonces", añade el comunicado.
Los Veintisiete se han comprometido, por otra parte, a seguir facilitando asistencia humanitaria al país y han pedido la liberación "inmediata e incondicional de todos los detenidos arbitrariamente en relación con el golpe, incluido el presidente Win Myint y la consejera de Estado Aung San Suu Kyi".
En los nueve meses transcurridos desde el golpe, la represión de las fuerzas de seguridad ha causado 1.242 muertos, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania,
El Ejército justifica el golpe de Estado por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales del pasado noviembre, cuyo resultado ha sido anulado y en las que arrasó el partido de Suu Kyi, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacional.