Al tomar el control del penal del Topo Chico, fuerzas policiales antimotines aseguraron un arma larga, un arma corta, más de 30 armas blancas hechizas (puntillas), así como celulares, cervezas y botellas con alcohol.
Con el traslado de reos, las autoridades penitenciarias buscan acabar con el autogobierno y el descontrol del sistema penitenciario, lo que generó la víspera un enfrentamiento entre custodios y reclusos que dejó 30 lesionados en el penal, además de bloqueos afuera.
Elementos de Fuerza Civil, Policía Estatal, Fuerza Penitenciaria y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), catearon los pabellones del reclusorio.
Durante la revisión, se localizó un compartimento oculto bajo una coladera de drenaje, en donde había dos botes en donde habían escondido las armas y las más de 30 puntillas de metal de diferentes tamaños, así como cervezas y botellas.
Reos ya portan uniforme
Luego del traslado de reos ocurrido la madrugada del miércoles, los internos que permanecen recluidos, ya se encuentran uniformados y en orden.
De acuerdo con fotografías del centro penitenciario -que con 72 años de antigüedad es considerado uno de los más violentos de México- los reos hacen filas, portando el uniforme gris.
Cabe señalar que “en un operativo sin precedentes en esta entidad”, 504 internos del penal del Topo Chico, considerados de alto peligro, fueron trasladados a dos centros de reinserción federales.
Las personas privadas de su libertad fueron seleccionadas por su nivel de peligrosidad y participación en delitos de delincuencia organizada, con el fin de terminar con el autogobierno, el cobro de cuotas, los motines y los homicidios, incluso masivos, que han sido recurrentes en la última década.