San Cristóbal de las Casas, Chis., (Notimex).- La diversidad cultural de Chiapas converge en los mercados de San Cristóbal de las Casas, donde miembros de municipios indígenas aledaños, encontraron los espacios para comenzar de nuevo luego de sufrir la expulsión de sus lugares de origen por conflictos religiosos.
Textiles, juguetes de madera y flores, son algunos de los productos que se pueden encontrar al recorrer los mercados de San Cristóbal, espacios que más allá de las aromas, colores y texturas que se aprecian en los pasillos, resguardan una historia de inclusión y tolerancia.
Después del levantamiento zapatista de 1994 en este pueblo localizado en Los Altos de Chiapas, la región presentó severos problemas políticos y sociales, pero sobre todo, de intolerancia y persecución religiosa en municipios como San Juan Chamula, Zinacantán, Oxchuc, entre otros.
Este clima que se vivía en aquel entonces, obligó a muchos de los pobladores de esas localidades a abandonar sus tierras para salvar su vida y la de sus familias, por lo que se dirigieron a San Cristóbal, el cual por esos años, albergaba una población mayoritariamente católica.
Al arribar a este municipio, los desplazados encontraron un territorio, principalmente en la zona norte de la ciudad, para profesar libremente sus creencias, hasta provocar que hoy en día aquí se practiquen alrededor de 58 religiones.
“En 1994, el problema del desalojo de indígenas de su lugar de origen, como los de San Juan Chamula, tuvo su nuevo asentamiento en San Cristóbal y su principal fuente de ingresos al abandonar sus tierras, la encontraron en el comercio ambulante para poder sostener a su familia”, señaló en entrevista con Notimex, la historiadora Enedina Domínguez Díaz.
Como respuesta al ambulantaje, el ayuntamiento comenzó la construcción de dos nuevos mercados en la ciudad, el Mercado Popular del Sur y de Los Altos, para evitar conflictos entre los locatarios ya establecidos en los recintos populares y los nuevos vendedores ambulantes que se instalaron en las calles aledañas.
“La población comenzó a crecer y sacaron a los vendedores ambulantes de la zona centro para que no hubiera más ahogamiento con respecto al ambulantaje, y es así como se crean estos dos mercados en María Auxiliadora, aunque el de Los Altos no ha funcionado en su totalidad”, dijo la también docente.
Por otra parte, en 1999 debido al crecimiento demográfico y al aumento del comercio en la zona centro de la ciudad, se construyó el Mercado de Dulces y Artesanías, convertido actualmente en epicentro de la vida comercial y turística del municipio.
“El Mercado de Dulces y Artesanías ha contribuido al desarrollo del municipio, sobre todo en materia de comercio y turismo, a través de sus diversos giros, como son la venta de dulces artesanales y artículos de la región como textiles, madereras, joyerías y cestería”, aseveró.
Días Domínguez sostuvo que hoy en día, la mayoría de los comerciantes de San Cristóbal de las Casas provienen de las localidades indígenas cercanas, entre los que se encuentran quienes llegaron hace más de 20 años y quienes cada semana llegan esta ciudad a ofrecer sus productos.
“Aquí el comercio funciona por la gente indígena que es la que más se dedica al comercio, por ejemplo, tenemos la venta de flores en San Cristóbal, que es netamente de indígenas de Zinacantán, que son los que se dedican exclusivamente a eso”, expresó.
Gracias a esta migración, actualmente la compraventa que se desarrolla en los mercados de la ciudad, es la principal actividad económica del municipio, inclusive sobre el turismo.
“Los mercados son los que dan vida a la economía de San Cristóbal, porque de ahí se abastecen los hoteles y restaurantes y todos aquellos que dan servicio a los turistas. Además, vienen a suministrarse personas de los municipios de los Altos de Chiapas, del norte y del centro, porque San Cristóbal es el centro económico”, puntualizó.