Frascos con materiales considerados tóxicos, botellas de aditamentos y aceites para coches, enormes troncos, ramas e incluso televisiones forman parte de los desperdicios que el crecido río Pánuco ha arrojado al Golfo de México terminando por el oleaje en playa Miramar.
Los desperdicios son arrastrados a lo largo de los más de 500 kilómetros que serpenteante recorre este afluente desde su nacimiento en la altiplanicie mexicana pasando por el Estado de México, San Luis Potosí, hasta su descarga al mar en los límites de los estados de Tamaulipas y Veracruz.
Las lluvias generadas en la parte central del país y la huasteca han provocado que el río, uno de los más caudalosos de México, registre un aumento en su nivel -situándose a 6.99 metros cuando su estado crítico es en los 7.30 metros-, en su corriente y en los desperdicios que arrastra.
La Secretaría de Turismo municipal, encabezada por Malu Aranda Jiménez, dio a conocer que el fin de semana se extrajeron un total de noventa toneladas de palizadas y basura, pero ayer el panorama, en el considerado máximo peso turístico de Tamaulipas, era preocúpate ante la gran cantidad de residuos amontonados. La autoridad estima que “entre el viernes 6 de octubre y el ayer, diariamente han llegado a la costa tamaulipeca un promedio de cuarenta toneladas de desperdicios arrojados desde el río”.
Preocupa la presencia de productos químicos e incluso basura electrónica altamente contaminante. En el recorrido realizada por El Sol de Tampico se observaron botellas de cloro, aceites y aditivos para coches, medicamentos caducos, contenedores con materiales no identificados e incluso herbicidas agrícolas con la leyenda de “Precaución” por el alto nivel de toxicidad.
Por la playa igual se pueden encontrar un viejo casco de obrero, platos, tazas o enseres domésticos, juguetes, sandalias, hasta televisiones entre las ramas y troncos. Las autoridades estiman que a más tardar en dos días concluyen con el retiro de este desperdicio.